El tiempo de la izquierda y la derecha en la política se terminó, o por lo menos ya no define a la política mundial, y no se terminó hace poco, muchos politólogos afirman que desde que finalizó de la guerra fría en los años noventa, hacer referencia a una u otra orientación política para poner un debate sobre la mesa resulta obsoleto.
En una reciente entrevista, Brian Winter, autor y editor en jefe de Americas Quarterly, afirma que la diferencia que más importa hoy en día para analizar la coyuntura política, es la que existe entre nacionalista y globalista.
El nacionalismo busca que un gobierno desarrolle sus políticas partiendo de la preservación de los intereses, la cultura y la identidad nacional de un país específico, mientras que el globalismo apunta a anteponer los intereses globales y la cooperación por encima de los de naciones individuales.
Algo interesante sobre este enfrentamiento, es que puede poner en el mismo bando a figuras que estarían completamente enfrentadas bajo el esquema de izquierda-derecha. Un ejemplo actual que ilustra este fenómeno a la perfección son las actuales candidaturas de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México y Jair Bolsonaro en Brasil.
Ambos candidatos se encuentran en los primeros lugares de preferencia en sus respectivos países. AMLO por un lado, viene de una tradición de izquierda socialista y se le ha comparado en varias ocasiones por diferentes analistas con Hugo Chávez, el difunto presidente venezolano. Y Bolsonaro por otro, es parte de una línea familiar históricamente entrelazada con la política brasilera, de derecha y militar de carrera.
Sin embargo, ese no es el análisis importante, lo relevante en este momento es que ambos candidatos son nacionalistas y aspiran a imponer, en caso de ganar las elecciones, profundas medidas proteccionistas a la economía. AMLO quiere, por ejemplo, re-plantear los acuerdos de libre comercio con los Estados Unidos y Bolsonaro defiende con fuerza el manejo económico estatista de la dictadura militar brasilera. En caso de ganar ambos, la mitad de la población latinoamericana viviría bajo su mando, y por lo tanto, bajo liderazgo nacionalista.
En todos los continentes se pudiese llevar a cabo un análisis similar, e inclusive dentro de los Estados Unidos la pugna por el nacionalismo y el globalismo está más viva que nunca.
¿Por qué esto es importante y cómo nos afecta? Porque la manera en la que se analiza el mundo define cómo se entiende la realidad, y en la realidad todos los eventos están de alguna manera relacionados, nada ocurre de forma aislada.
AMLO perdió en otras dos ocasiones las elecciones presidenciales en México, ¿Por qué ahora es el favorito de las encuestas? Bolsonaro revindica una dictadura que torturó a miles de personas durante años en Brasil, ¿Por qué tanta gente apoya sus propuestas?, Reino Unido fue estado fundador de la Unión Europea, ¿Por qué sus ciudadanos votaron en el 2016 a favor de salirse? Y ¿Cómo estas decisiones afectan a Estados Unidos y a la comunidad latina?
Uno de los temas claves asociados a esta discusión, por ejemplo, es sin lugar a duda la inmigración, el globalismo es muchísimo más propenso a tomar medidas abiertas y flexibles en relación a los movimientos migratorios, mientras que el nacionalismo buscar proteger más las fronteras y limitar quiénes entran al país.
Si bien no existen respuestas concretas para todas estas preguntas, lo que muchos especialistas afirman es que no serán respondidas a través de un análisis de izquierda o derecha, y que definitivamente es importante tener este esquema presente no sólo para entender lo que ocurre en el mundo, sino para tomar decisiones cívicas importantes que representen los intereses de la población, como a quién apoyar en las próximas elecciones.