Es un tema delicado y sensible, especialmente tras la noticia de que Donald Trump dio positivo por COVID-19, a solo un mes de las elecciones del 3 de noviembre, sin embargo, existe una serie de protocolos establecidos si un candidato presidencial queda incapacitado o muere antes de las elecciones.
Trump y su esposa Melania ahora estarán en cuarentena durante dos semanas mientras reciben tratamiento por el coronavirus, algo que afectará los debates presidenciales restantes.
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¿Cómo se encuentra Donald Trump?
Según declaraciones de la Casa Blanca, el presidente está "bien" y "de buen humor", aunque no está claro cuánto tiempo ha pasado desde que se infectó, lo que significa que su condición podría cambiar en los próximos días. Los síntomas de COVID-19 generalmente surgen dentro de los 5 a 10 días posteriores a la infección.
¿Por qué Trump se encuentra dentro del grupo de riesgo?
Ahora, médicos han señalado que con 74 años y, según sus registros de salud publicados en junio, categorizado como obeso, Trump tiene un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por el COVID-19.
Si quedara incapacitado o muriera como resultado de la infección, o si ese destino le ocurriera al candidato demócrata Joe Biden, tendría ramificaciones significativas y sin precedentes para el proceso electoral estadounidense.
¿Qué pasaría si un candidato muere antes de las elecciones?
Si un candidato presidencial muere o queda incapacitado antes del día de las elecciones, que es el 3 de noviembre de este año, su partido puede elegir a un reemplazo para que esté en la papeleta electoral. Ahora, este candidato no tiene que ser necesariamente el postulante a vicepresidente en la lista.
Tanto los demócratas como los republicanos tienen reglas sobre cómo se debe elegir a este candidato.
En el caso de los demócratas
El presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC), Tom Pérez, consultaría con el liderazgo demócrata en el Congreso y con la Asociación de Gobernadores Demócratas. El Pérez luego transmitiría esta discusión a los 447 miembros del DNC, y ellos tomarían su decisión.
En el caso de los republicanos
De acuerdo con las reglas del Comité Nacional Republicano (RNC), una vacante para la candidatura en caso de fallecimiento se cubriría de la misma manera que se selecciona un candidato presidencial durante la convención nacional.
Los 168 miembros de la RNC, tres de cada estado y tres de los seis territorios del Distrito de Columbia, Samoa Americana, Guam, las Islas Marianas del Norte, Puerto Rico y las Islas Vírgenes, emitirían sus votos y la o el candidato sería elegido por mayoría.
Es un requisito para el RNC reelegir a su nuevo candidato presidencial, por lo que no recaerá automáticamente en el actual vicepresidente Mike Pence, aunque constitucionalmente estaría obligado a ocupar el cargo de presidente interino en caso de una eventualidad.
¿Qué pasa si se retrasan en nominar a un candidato?
A solo un mes de las elecciones, el tiempo es un facto clave. Si llegara a pasarle algo a un candidato presidencial, la votación para un nuevo candidato tendría que realizarse entre 10 y 20 días después de que se convoque a los miembros o delegados del partido, lo que significaría que existe la posibilidad de que no se logre este proceso antes del 3 de noviembre.
En este momento miles de personas ya han votado durante semanas en todo el país con su papeleta de voto ausente (por correo), y dado que las elecciones probablemente no se pospondrán, esos votos tendrían que contarse, aunque se cambie de candidato.
Si no se lograra cumplir el pazo para cambiar de candidato en la papeleta, ¿Quién decidirá si se puede elegir o no a un nuevo candidato? La respuesta es simple: El colegio electoral.
La mayoría de los estados tienen algún tipo de regulación sobre cómo deben votar los miembros del colegio electoral. En esos estados, lo que se les permitiría hacer dependería de si existen disposiciones explícitas sobre la votación por un candidato presidencial de reemplazo. En los estados donde no existen tales reglas, el elector estatal puede simplemente hacer la elección que quiera, tomando en cuenta o no los votos de su partido.