Synora Robinson dice que hace un año su vida era cómoda y agradable. Iba a cumplir 17 en su trabajo, estaba ahorrando dinero y podía pagar su hipoteca sin inconvenientes.
“Podía salir con mis amigas y divertirme sin preocupaciones,” explicó Robinson. “No sentía estrés sobre qué podría pasar al día siguiente, porque sabía que tenía todo bajo control.”
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Pero todo eso cambió la segunda semana de marzo cuando el gobernador Roy Cooper declaró el estado de emergencia en Carolina del Norte debido a la pandemia. El 12 de marzo, Robinson fue despedida de su trabajo. Se desempeñaba como empleada doméstica para una familia, y su jefa decidió que era más seguro que se quedara en su casa.
“Fue muy difícil para mí, pero también fue difícil para ellos, porque no eran solamente jefes. Eran mi familia,” dijo Robinson.
Esa semana, Robinson presentó su solicitud para el seguro de desempleo. Pero, por demoras a causa de la pandemia, no empezó a recibir los beneficios sino hasta mayo. Sin trabajo, ni beneficios se vio obligada a usar sus ahorros para sobrevivir.
“Fue aterrador. Cuando tienes seguro de salud, y todo está funcionando y de pronto todo desaparece, te encuentras en un gran agujero oscuro. No sabes qué hacer. Se siente como si el mundo se desplomara,” dijo Robinson. “Me quería rendir, porque tenía que ser más fácil estar muerta que tener que pasar por esto.”
Robinson es una de los casi 1,100 propietarios que adquirieron sus hogares a través de Habitat for Humanity Charlotte. La organización reporta que una de cada tres familias con las que trabajan ha afrontado la pérdida de trabajo o una reducción significativa de sus ingresos durante la pandemia.

“Están lidiando con retos significativos,” explicó Laura Belcher, Presidenta de Habitat for Humanity Charlotte. “Y eso se ve en el aumento de morosidad hipotecaria.”
Según Belcher, 327 propietarios se han retrasado en el pago de sus hipotecas. Eso es un 300% más de los 109 que presentaban morosidad hipotecaria antes de la pandemia.
“Estamos trabajando muy de cerca con nuestras familias'', dijo Belcher. “Estamos en comunicación con ellos para entender qué está causando estas dificultades y qué es lo que más les ayudaría.”
La tasa de morosidad hipotecaria nacional se ha disparado durante la pandemia del coronavirus. Según la Asociación de Banqueros Hipotecarios el índice del 2019 se duplicó en el 2020. En el tercer trimestre del 2020, estaba en 7.65%, y en el trimestre pasado estaba en 8.2%.
Aunque, en total, la morosidad hipotecaria ha comenzado a disminuir, el índice para propietarios en lo que la Asociación llama “sufrimiento de larga duración” ha aumentado. Estas son personas que han tenido una hipoteca en mora por 90 días o más. La Asociación de Banqueros Hipotecarios dice que las familias de bajos ingresos se han visto particularmente afectadas.
En la encuesta de Fannie Mae del National Housing Survey en agosto, muchos propietarios de bajos recursos y de comunidades marginales reportaron no saber sobre las opciones de asistencia disponibles. Los encuestados latinos resultaron ser los que menos conocían estas opciones con un 65%, seguidos por el 51% de encuestados afroamericanos y un 41% de encuestados blancos.
El 90% de los propietarios de Habitat for Humanity en Charlotte se identifican como afroamericanos, 6% como blancos y 3% cómo latinos. Belcher dice que la organización está trabajando con ellos para proveerles recursos y asistencia.
“Hemos referido a nuestras familias al programa de asistencia hipotecaria de la ciudad,” explicó. “También hemos recibido donaciones privadas muy generosas.”

La organización ha recibido $300,000 en donaciones para apoyar a aquellos con morosidad hipotecaria. Hasta el momento, Habitat reporta que 105 familias han recibido ayuda por parte de este programa. Y 41 de las 89 familias que Habitat refirió a la ciudad recibieron apoyo del gobierno local. Hasta el momento, no han ejecutado ninguna hipoteca.
Robinson aplicó para el programa de asistencia de Habitat for Humanity. Recibió dinero para pagar su hipoteca entre octubre y diciembre.
“Eso fue una bendición de Habitat y una bendición de Dios, porque yo creo que en ese momento en particular, me hubiese hundido,” dijo Robinson.
Robinson tuvo que trabajar duro para obtener su vivienda hace seis años. Pasó por un entrenamiento financiero de 14 horas y completó 300 horas de voluntariado. Esto es lo que Habitat llama “sweat equity horse,” con lo que reemplazan la cuota inicial.
Durante la pandemia, el apoyo emocional y financiero que ha recibido por parte de Habitat for Humanity ha sido importante, reconoce Robinson.
En diciembre, la organización le regaló a Robinson un árbol de navidad y un bono de $100.
“Ese fue un momento de felicidad pura, porque estaba todo decorado para Navidad. Y en ese momento, estaba en un mundo de fantasía y se me había olvidado todo el dolor y todos los problemas,” comentó Robinson.
Ese regalo, y la ayuda que ha recibido le han dado optimismo. Dice que está lista para volver a trabajar.
Puedes leer la nota en inglés: Habitat for Humanity Mortgage Delinquencies Triple During Coronavirus Pandemic
Este artículo es parte de una serie colaborativa que examina el impacto económico del COVID-19 en las comunidades afroamericanas y latinas. La serie se produce a través de una colaboración entre WFAE, Charlotte Ledger, QCity Metro, y La Noticia. Cuenta con el apoyo de fondos de Facebook, el Fondo del Laboratorio de Noticias Locales de Carolina del Norte (NC Local News Lab Fund), Google, y los miembros de WFAE.