Es común asociar el éxito (profesional, académico, deportivo) con la felicidad. Normalmente, las imágenes que observamos sobre profesionales exitosos, estudiantes graduándose, o equipos campeones son de personas sonrientes o celebrando. Socialmente, esto nos lleva a pensar que, para conseguir la felicidad, es necesario alcanzar el éxito.
Shawn Achor, psicólogo de la Universidad de Harvard, lo piensa de forma distinta. En una charla TEDx del año 2015, Achor plantea que es más probable y efectivo que la felicidad preceda al éxito que al revés. Puesto sencillamente: si nos hacemos más felices, podremos luego ser más exitosos.
Estas ideas, las cuales Achor desarrolla a profundidad en sus libros La Ventaja de la Felicidad y Gran Potencia, son parte de la creciente escuela de la Psicología Positiva, una corriente académica y clínica de la psicología propulsada por Martin Seligman de la Universidad de Pensilvania. Esta corriente enfatiza la búsqueda del bienestar psicológico y no solo la eliminación de enfermedad.
En cuanto a productividad, Achor plantea que aumentar nuestra felicidad nos hace más efectivos, mejores relacionándonos y más creativos, entre otros beneficios. Para poner su teoría a prueba, conduce estudios en los que enseña hábitos positivos a personas de todo tipo y evalúa sus resultados. Algunos de los hábitos que han demostrado mejorar la productividad son los siguientes:
1. Cultivar la gratitud
Tomar un momento al día para anotar tres cosas por las cuales estás agradecido enseña al cerebro a buscar cosas positivas por encima de negativas. Esto, plantea Achor, hace a los trabajadores más felices y productivos después de apenas 21 días.
2. Actos aleatorios de bondad
Una vez al día, hacer a alguien un comentario particularmente positivo (un cumplido o un agradecimiento), o contribuir de alguna manera positiva con otra persona, fortalece las relaciones y tiene efectos psicológicos positivos en quien realiza el acto.
3. Meditar
La meditación calma la mente, disminuye la ansiedad, y mejora el enfoque. Todos estos son beneficios tanto a la felicidad como a la productividad.
La pregunta que deberíamos hacernos, según Achor, no es "¿Cómo puedo ser más productivo?" sino "¿Cómo puedo ser más feliz?". Adoptar estos hábitos positivos puede ser un buen primer paso para cultivar ambas cosas.