A lo largo de la historia se ha demostrado que las novedades se suelen ver como amenazas a lo tradicional. Sin embargo, la mayor parte de las veces terminan en convivencia. ¿Sucederá lo mismo con las profesiones que se sienten en riesgo a causa de la inteligencia artificial?
¿Qué es la inteligencia artificial?
La inteligencia artificial (IA) es:
"es la base a partir de la cual se imitan los procesos de inteligencia humana mediante la creación y la aplicación de algoritmos creados en un entorno dinámico de computación. O bien, dicho de forma sencilla, la IA consiste en intentar que los ordenadores piensen y actúen como los humanos".
Fuente: Netapp
Esta simulación de la inteligencia humana es capaz de realizar tareas que normalmente requerirían el pensamiento humano, tales como:
- el aprendizaje,
- la toma de decisiones
- y el reconocimiento de patrones.
El crecimiento de la IA ha hecho posible una integración de esta tecnología en diversas industrias y aspectos de la vida cotidiana.
¿Preocupa la IA a industrias y trabajadores?
La respuesta rápida es Sí, la inteligencia artificial genera preocupaciones en varios sectores industriales y entre los trabajadores. Así como las máquinas lo hicieron en su momento, la automatización que impulsa la IA tiene el potencial de transformar la forma en que se realizan algunas tareas laborales.
Para las empresas, esto implica un ahorro de tiempo y dinero. Mientras que para los empleados que ocupan roles tradicionales consideran que esto puede revolucionar el mercado laboral más temprano que tarde, poniéndolos en peligro de que sus puestos terminen por ser no requeridos.
¿Cuáles son las ocupaciones que están en riesgo por la inteligencia artificial?
Según datos extraídos de Goldman Sachs y presentados en un artículo reciente de Forbes, se estima que alrededor de 300 millones de puestos de trabajo podrían verse afectados por la automatización impulsada por la IA. Esto representa aproximadamente el 18 % de todos los empleos en todo el mundo.
El informe también sugiere que dos tercios de los empleos en Estados Unidos están en riesgo de automatización en cierta medida debido a la IA. Siendo así, aproximadamente una cuarta parte de todos los trabajos en el país podrían ser realizados por completo por sistemas de inteligencia artificial.
Ahora bien, dada la propia naturaleza de la IA, es predecible pensar cuáles trabajadores están en mayor riesgo. El resultado es:
- Administrativos educados con salarios por alrededor de 80,000 dólares anuales.
- Empleados de trabajos de oficina.
- Diseñadores gráficos.
- Reporteros y periodistas.
- Traductores.
- Abogados.
- Matemáticos.
- Financieros.
- Gestores.
- Contables.
¿Qué empleos están a salvo de la IA?
Por otro lado, algunos empleos parecen estar en una posición más segura en lo que respecta a la amenaza de automatización. Por ejemplo:
- Agricultura.
- Minería.
- Manufactura.
En general, aquellos que requieran de habilidades sensibles como la empatía, ética o transmisión de conocimientos, podrían estar más lejos de la vulnerabilidad de la tecnología como reemplazo.
¿Puede la IA hacernos pensar menos?
La relación entre la inteligencia artificial y el pensamiento humano es un tema complejo y debatido. Si bien la IA ha demostrado ser capaz de realizar muchas tareas de manera eficiente, no necesariamente implica que pueda hacer que los seres humanos piensen menos.
La IA puede automatizar tareas específicas y rutinarias, lo que podría liberar a las personas de ciertas responsabilidades repetitivas y permitirles enfocarse en tareas más creativas, estratégicas o analíticas.
Sin embargo, esto no significa que la IA reemplace la necesidad del pensamiento crítico, la toma de decisiones éticas, la resolución de problemas complejos y otras habilidades cognitivas que son fundamentales para los seres humanos.
Una forma de protegerse es limitar la dependencia de la IA en ciertas áreas, para evitar la disminución en la práctica de ciertas habilidades cognitivas. Por ejemplo, si las personas confían en exceso en las recomendaciones algorítmicas para tomar decisiones, podrían volverse menos hábiles para evaluar opciones y sopesar consecuencias por sí mismas.