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Cambiar los hábitos de alimentación y convertirse en vegano o vegetariano no se refiere a la única acción de eliminar carnes de la dieta. Tiene que ser un proceso estructurado que conlleva a revisar más allá del simple interés de restar alimentos.

Esta modificación es drástica, ya que el organismo necesita de ciertos nutrientes para un funcionamiento ideal. Además de para proteger de enfermedades y condiciones que afecten la salud. Es por ello que conviene convertirlo en un proceso gradual y bien analizado.

 

Entender los por qué y para qué de convertirse en vegano o vegetariano

La principal motivación de las personas es eliminar las carnes. Ahora bien, saber por qué es necesario y para qué se quiere hacer es un buen punto de partida.

Por un lado, el por qué ayudará a definir si la razón se refiere a ética animal, política de vida, salud o simples gustos. En ese caso, se puede hurgar entre si se quiere evitar la matanza de animales, mostrar disgusto con la industrialización o por afecciones de salud que lo requieren, como intolerancia ciertos alimentos.

Luego, se puede profundizar en el para qué hacer el cambio. Esto no es más que la motivación que nos lleva a cambiar los hábitos alimenticios. Adelgazar, proteger a los animales o el medio ambiente, estar más saludable, son algunas de las razones por las que alguien se puede convertir en vegano o vegetariano.

 

¿Vegano o vegetariano?

Adicionalmente, es importante escoger entre convertirse en vegano o vegetariano. Para ello, necesita entender las diferencias entre las dos, ya que no son lo mismo.

Los vegetarianos excluyen el consumo de animales muertos: carne, aves y pescado. En su lugar integran consumo de granos, legumbres, frutos secos, semillas, vegetales, frutas y de origen no animal. Pueden o no incluir productos lácteos, miel y huevos.

Por otro lado, los veganos renuncian a todo lo renuncian los vegetarianos, pero además incluyen la miel, huevos, leche y la gelatina. Sin embargo, la mayor diferencia está en que también eliminan el uso de cuero, piel, seda, lana, cosméticos y jabones derivados de productos de origen animal o que sean probados sobre ellos. Es decir, cambian totalmente su estilo de vida.

 

Organismo saludable

El tercer paso es considerar cuán saludable puede ser ese cambio, considerando las condiciones específicas. Aunque de entrada comer más sano debería significar estar más sano, lo ideal es asegurarse de que el cuerpo está listo para el cambio.

En ese caso, se sugiere un análisis médico donde se puedan ver posibles carencias niveles altos de algún componente vital. Asimismo, se puede acompañar el proceso con asesoramiento profesional.

Lo otro es, considerar en el caso de los niños, adolescentes y mujeres embarazadas cómo pueden suplir los nutrientes que estén dejando. En estos casos es fundamental debido a que estas personas pasan por procesos diferentes a cualquier otra en condiciones distintas.

A partir de ahí solo queda hacer una combinación equilibrada y justificada que permita estar sano y feliz con el cambio.

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com