Charlotte - Un grupo de 150 puertorriqueños que aseguran haber llegado a Carolina del Sur para trabajar bajo falsas promesas laborales en una compañía empacadora de frutas, recibió auxilio de la comunidad tras ser desalojados del hotel donde vivían y tras denunciar los abusos de los que fueron objeto.
Los boricuas, en su mayoría jóvenes entre los 18 y 22 años, fueron reclutados por una compañía de empleos en la Isla, mediante Internet y volantes distribuidos en pueblos de la montaña, para trabajar en la compañía de frutas.
“Ellos vinieron con un contrato verbal, ni siquiera escrito, de 12 horas de trabajo pagadas a $8 la hora durante 6 meses. Pero aseguran que los obligaban a trabajar durante 14 horas diarias, siete días a la semana y sus cheques semanales les llegaban por $20 a algunos”, contó Ilia Rivera, una líder comunitaria de Greenville (Carolina del Sur).
Se quedan sin trabajo y sin techo
La situación salió a la luz el domingo 11 de junio luego que el grupo se quedó sin trabajo y sin techo al ser desalojados del hotel, porque la compañía Country Fresh, debía una cuenta de más de $40,000.

“Cuando llegamos muchos lloraban, se notaba la angustia y dolor en sus ojos. Me partió el alma que gente de nuestro país usará a estos jóvenes inexpertos para hacerse de dinero, por un lado la agencia que los reclutó y por el otro la compañía donde recibieron tanto maltrato”, señaló Rivera, quien a su vez es la presidenta del Caucus Hispano de Carolina del Sur.
Giovany Lugo y Alba Reyes, una pareja de esposos, fueron dos de los afectados. “Hubo mucho abuso laboral, no nos pagaban correctamente por las 14 horas que trabajábamos. Nos despidieron porque no les gustó que les pidiéramos información de los talones de pago”, contó Lugo a La Noticia.
Los jóvenes recibieron ayuda de algunas iglesias como la Iglesia Jesús el Rey, y familias puertorriqueñas de la zona que les consiguieron albergue.
Tras las denuncias y la posible situación de “tráfico humano”, el caso es investigado por autoridades estatales, federales y del gobierno de Puerto Rico, sumado a una querella oficial iniciada por los trabajadores.
“Varios de los jóvenes enfermaron y no los llevaban al médico. Algunos tenían neumonía y otros bronquitis, ya que debían trabajar sin la debida protección y seguridad en un freezer”, indicó la activista.
Comienzan a conseguir trabajo
Una semana después del incidente, 30 de los trabajadores decidieron regresar a Puerto Rico, mientras que 50 lograron ser ubicados por una compañía de empleos en la empacadora de carnes JBS USA, en la localidad de Lenoir (condado de Caldwell).
“Allí les pagan $12 la hora, trabajan de lunes a viernes, y luego de tres meses podrán trabajar directamente para la compañía y tener beneficios”, comentó la líder comunitaria.
En relación al resto de trabajadores, 10 se quedaron en Greenville, otros consiguieron empleo en Columbia Farm, una compañía de pollos cerca de Columbia, y el resto se quedó para trabajar por su cuenta en el ramo de la construcción.