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El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció el 10 de enero la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 600,000 venezolanos y 200,000 salvadoreños que ya viven en Estados Unidos.

La extensión, válida por 18 meses, permitirá a estos inmigrantes permanecer legalmente en el país hasta el 9 de septiembre del 2026. Esta medida llega apenas una semana antes de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump, quien ha prometido endurecer las políticas migratorias.

TPS: Un respiro para miles de inmigrantes

El TPS permite a los ciudadanos de países afectados por conflictos o desastres naturales residir y trabajar en Estados Unidos. La administración Biden ha ampliado significativamente este programa, protegiendo a aproximadamente un millón de personas, incluyendo a venezolanos y salvadoreños.

La situación de Venezuela sigue siendo crítica, con una severa crisis política y económica bajo el régimen de Nicolás Maduro. El DHS justificó la extensión del TPS debido a la emergencia humanitaria que el país continúa enfrentando. Maduro asumió recientemente su tercer mandato de seis años en medio de una condena internacional generalizada.

En el caso de El Salvador, la designación del TPS se remonta a 1990, durante la guerra civil del país, y ha sido renovada repetidamente debido a desastres naturales, incluyendo tormentas recientes. Actualmente, alrededor de 234,000 salvadoreños son beneficiarios del TPS.

Incertidumbre frente a la nueva administración

Aunque la administración Biden ha mostrado un fuerte apoyo al TPS, su futuro es incierto bajo la próxima administración de Trump.

Durante su primer mandato, Trump intentó reducir el TPS, dejando expirar varias designaciones. Esto podría llevar a que miles de beneficiarios pierdan su estatus legal, lo que forzaría a muchos a buscar otros beneficios migratorios o enfrentar la deportación.

Para los beneficiarios del TPS, esta extensión significa la posibilidad de seguir trabajando y manteniendo a sus familias en Estados Unidos. Muchos de ellos han establecido raíces profundas, con casas, negocios y familias que podrían desmoronarse si el programa llega a su fin.

La comunidad inmigrante enfrenta una encrucijada: por un lado, la extensión del TPS proporciona alivio temporal; por otro, la incertidumbre sobre el futuro genera ansiedad. Las organizaciones proinmigrantes continúan presionando para que se emitan más extensiones y un rediseño de políticas que ofrezcan mayor seguridad y estabilidad a estas comunidades vulnerables.

Periodista, editor, asesor, y presentador. De 2016 a 2019 el periodista más galardonado en Estados Unidos por los Premios José Martí. Autor del best seller: ¿Cómo leer a las personas? dbarahona@lanoticia.com