Desde hace más de un año, el bosque de Reeim, ubicado cerca de la franja de Gaza, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para miles de israelitas, que buscan preservar la memoria de 365 jóvenes que fueron masacrados allí durante la acometida de Hamás del 7 de octubre del 2023.
El festival de música electrónica, Nova, fue uno de los primeros objetivos del ataque sorpresa contra Israel lanzado por Hamás.
La incursión armada de Hamás mató a 1,189 personas en todo Israel, 7,500 resultaron heridas y 251 fueron tomadas como rehenes y trasladadas a Gaza. La mayor masacre de civiles ocurrió en el festival de música, donde se habían congregado aproximadamente 3,000 jóvenes.

Concierto se convierte en masacre
A las 6:22 a.m., la música del festival se detuvo debido a que sonaron las sirenas que advertían la llegada de cohetes. Momentos después, cerca de 50 terroristas de Hamas atacaron el recinto portando armas automáticas, lanzacohetes y granadas, según se aprecia en múltiples videos del incidente. Otros atacantes llegaron desde el aire en parapentes a motor.
Algunos participantes del festival Nova se escondieron en tiendas de campaña y automóviles, sin embargo, los militantes de Hamas hicieron estallar los vehículos. Muchos corrieron en pánico hacia campos abiertos, arbustos y barrancos, buscando refugio en el desierto, donde se escondieron durante varias horas.

En total, 347 jóvenes fueron encontrados asesinados en el recinto del festival. Entre las víctimas había adolescentes y personas discapacitadas. Además, 40 civiles de diferentes países fueron tomados como rehenes.
En respuesta, Israel lanzó una campaña militar en Gaza que en los últimos 14 meses ha matado a más de 40,000 personas, según el Ministerio de Salud de Gaza.
“Altares de muertos” en Medio Oriente
Aquel fatídico día, varios hispanohablantes se contaron entre las víctimas, incluyendo jóvenes con ascendencia española, mexicana, argentina, colombiana y estadounidense. A lo largo de la explanada en donde se realizó el concierto, se instalaron fotografías de cada una de las víctimas.

Hoy, quienes visitan este lugar recorren en silencio y conmovidos la escena, en donde se pueden leer apellidos latinos como: Orión Hernández-Radoux, de origen México-francés.
Está la imagen de Antonio Yaniv Macías Montaño e Yvonne Edén Patricia Rubio Vargas, ambos de ascendencia colombiana, quienes dejaron dos niños en la orfandad.

Mientras que en occidente es muy común adorar las lápidas en los cementerios con flores o fotografías, ocurre algo diferente en Israel. Según Mónica Rabotnicoff, guía turística de Jerusalén, “la tradición mortuoria judía, es adornar las tumbas de los seres queridos solamente con pequeñas piedras”, esto para seguir la guía de sus leyes espirituales que llaman a la modestia. Sin embargo, las familias de los jóvenes asesinados, quisieron rendir un homenaje a su memoria de una manera diferente.

En el bosque de Reeim, junto a las fotografías, se agregó mensajes personalizados, flores plásticas, lámparas, figuras como cachorros o flamingos, dibujos, campanas de viento, banderas, entre otros. Salvando las distancias, era inevitable encontrar cierto paralelismo con los tradicionales altares de muertos de México.
El cuerpo de Orión Hernández Radoux, 30 años, fue secuestrado y llevado a Gaza, pero fue recuperado las Fuerzas de Defensa de Israel casi ocho meses después del ataque. Sus restos fueron trasladados en avión el 28 de mayo del 2024 a México para su entierro.
