El presidente Joe Biden multiplicará el pedido de vacunas Pfizer contra el COVID-19 como parte del compromiso de ofrecerlas a países poco desarrollados, principalmente.
Una fuente en calidad de anonimato anticipó que el plan es ampliar a mil millones de dosis los pedidos de vacunas para compartirlas con el mundo. Con esto, el gobierno estadounidense busca posibilitar la vacunación de un 70 % de la población mundial en el próximo año.
Se espera que el 70 % de los ciudadanos de cada país tenga sus dosis para la cumbre de Naciones Unidas de septiembre del 2022.
Estados Unidos, líder en donación de vacunas
Al menos 160 millones de vacunas proporcionadas por Estados Unidos se han distribuido a más de 100 países. Esto supone más donaciones que las aportadas por el resto del mundo en total. El problema es que esto aún es insuficiente.
Las cifras indican que se han administrado más de 5,900 millones de dosis de COVID-19, alrededor del 43 % de la población mundial. Sin embargo, la disparidad en la distribución hace posible que países vulnerables luchan por superar tasas de vacunación de entre el 2 y 3 %.
Un problema adicional es que apenas el 15 % de las donaciones prometidas de otros países ricos con acceso a gran cantidad de vacunas se han entregado, según la Organización Mundial de la Salud. La agencia de salud de Naciones Unidas ha pedido que los países ejecuten sus compromisos "de inmediato" y pongan las dosis a disposición de programas que benefician a los países pobres y a África en particular.
A fin de cambiar este panorama Biden presionará a otros países para que “se comprometan a una ambición mayor” en sus planes de compartir vacunas. Esto incluye plantearles desafíos específicos. La Casa Blanca publicará tras la cumbre los objetivos para países ricos y organizaciones sin fines de lucro.
COVAX no cumplió expectativas
COVAX, el programa respaldado por Naciones Unidas para enviar vacunas a todos los países, ha tenido problemas de producción y desabastecimiento. También se ha visto casi excluida del mercado de vacunas por los países ricos.
En ese sentido, la OMS insta a las compañías que fabrican vacunas a priorizar a COVAX y hacer públicos sus calendarios de entrega. Al mismo tiempo pide a los países ricos que eviten grandes campañas de dosis de refuerzo para que los trabajadores de salud y personas vulnerables del mundo en desarrollo puedan acceder a los fármacos. Pero peticiones se han visto ignoradas en gran parte.
COVAX, en vista del incumplimiento de casi todos sus objetivos de reparto de vacunas, redujo la meta de la cifra original de 2,000 millones de dosis en todo el mundo a 1,400 millones. Incluso esa marca podría estar fuera de su posibilidad de ofrecer.
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