El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha alimentado la suposición de que los migrantes que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México propagan el COVID-19.
En la frontera sur del país se producen movimientos de migrantes que se trasladan para trabajar y realizar otras actividades esenciales.
De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) están al tanto de esos traslados y emiten las mismas recomendaciones dadas a la población en general para quienes cruzan la frontera: lavado de manos, distanciamiento social, uso de mascarillas y de gel desinfectante.

Sin embargo, muchos se preguntan si hay evidencia que soporte el planteamiento de Abbott sobre si las migraciones en la frontera son consideradas un factor determinante para el aumento de contagios.
Hasta el momento, no hay evidencia científica que demuestre un aumento de contagios desproporcionado u ocasionado mayoritariamente por el paso de migrantes a través de la frontera.
El titular de salud pública del condado Cameron (en Texas), el doctor James Castillo, dio su opinión a The Associated Press sobre la aseveración de que los migrantes son la mayor fuente de infecciones por coronavirus.

No, tal vez es una fuente, pero hay muchas fuentes distintas. Y es una pena que vayamos a crear nuevas fuentes al eliminar las restricciones,
expresó Castillo, refiriéndose a la eliminación del uso obligatorio de mascarillas en Texas.
Castillo trabaja en Rio Grande Valley, una de las localidades con mayores índices de detenciones de migrantes en la frontera sur estadounidense.
Por su parte, los CDC explican que es difícil realizar rastreo de contactos entre inmigrantes, refugiados y personas que cruzan la frontera (migrantes) debido a la desconfianza experimentada por estos grupos hacia las agencias federales, entre otras causas.

Este organismo gubernamental no califica a los inmigrantes, migrantes o refugiados como causantes de mayores contagios y hace hincapié en apoyar a estos grupos porque son afectados de forma desproporcionada por la enfermedad con relación a otros.
Las inequidades sociales, económicas y de salud sistémicas de larga data han puesto a muchas personas de grupos minoritarios raciales y étnicos en mayor riesgo de enfermarse gravemente y morir de COVID-19,
expresan los CDC.
De allí que se concluya que problemas sistémicos en la sociedad estadounidense han hecho que los migrantes, inmigrantes y refugiados sean una población vulnerable ante la enfermedad, pero no hay evidencia que considere a estos grupos como la mayor fuente de contagios en Texas ni en el país.
La Noticia produjo esta nota con información de The Associated Press (AP)