Algunos consideran al síndrome de Asperger como el lado más funcional del espectro autismo, otros lo interpretan como relacionado al autismo pero fuera del mismo, lo cierto es que hay cierta controversia entre profesionales y familias, pues creen que la definición del autismo debería ser inclusiva de diagnósticos tales como el Asperger y los otros Trastornos Generalizados del Desarrollo. Ambos se relacionan en muchas maneras, la mayor diferencia está a nivel del lenguaje, ya que el niño Asperger tiene un alto conocimiento y manejo del lenguaje y de seguro una alta habilidad cognitiva, el autista puede presentar retraso mental mas no el Asperger.
En 1943 Hans Asperger, un físico Austríaco, publicó un informe que describe a niños con interacciones sociales y capacidades comunicativas deterioradas. Actualmente esta definición formal es conocida en la comunidad profesional americana. Esta ha sido aceptada por algunos profesionales europeos desde la publicación del ensayo de Asperger.
El Asperger, es uno de los cinco trastornos definidos bajo la categoría de Trastorno Generalizado del Desarrollo (“Pervasive Developmental Disorder”).
Los criterios del Asperger son los siguientes:
1) Deficiencias
Es decir, deficiencia cualitativa de interacción social, según la manifestación de por lo menos dos de las siguientes características:
• Deficiencia marcada en el uso de múltiples comportamientos no verbales tales como contacto visual, expresión facial, posturas del cuerpo y gestos para regular la interacción social.
• Incapacidad para desarrollar una buena relación con sus iguales, apropiadas para el nivel de desarrollo.
• Falta de esfuerzo espontáneo para compartir placer, intereses o logros con otras personas (por ejemplo, por la falta de mostrar, traer o apuntar objetos de interés a otras personas).
• Falta de reciprocidad social y emocional.
2) Patrones repetitivos
Patrones restringidos, repetitivos y esteriotipados de comportamiento, intereses y actividades, tal como se manifiesta al menos por una de las siguientes características:
• Preocupación total con uno o más patrones estereotipados y restringidos de interés que es anormal ya sea en intensidad como en enfoque.
• Adherencia aparentemente inflexible a rutinas y rituales específicos y no funcionales.
• Formas motrices estereotípicas y repetitivas (por ejemplo, el aleteo o torcedura de manos y dedos o movimientos complejos de todo el cuerpo).
• Preocupación persistente en la manipulación de piezas de objetos.
• El trastorno causa una deficiencia clínicamente significativa en el aspecto social, ocupacional y en otras áreas importantes de funcionamiento.
• No hay un atraso general clínicamente significativo en el desarrollo del lenguaje (por ejemplo, las palabras sueltas utilizadas a la edad de 2 años, las frases comunicativas usadas a la edad de 3 años).
• No existe un retraso clínicamente significativo en el desarrollo cognitivo o en el desarrollo de destrezas de autoayuda de acuerdo a la edad apropiada, de comportamiento con capacidad de adaptación (además de la interacción social) y curiosidad acerca del medio ambiente de los niños.