Desde el principio de la pandemia hubo dudas sobre si la mascarilla puede proteger eficazmente del COVID-19. El distanciamiento, por su parte, fue más apoyado. Estudios recientes asoman respuestas sobre por qué estos dos elementos juntos son beneficiosos, mientras se tiene una vacuna.
Durante las primeras fases de la pandemia la Organización Mundial de la Salud excluía el uso de mascarillas como prevención. Solo el personal médico estaba obligado a portar el accesorio, así como las personas enfermas. Incluso, todavía existen países cuyo uso no ha sido normado por las autoridades, dejándolo a libre elección personal. Sin embargo, esta percepción ha ido cambiando.
Por su lado, el distanciamiento social sí ha estado como solicitud obligatoria en los espacios públicos. También en las oficinas y cualquier otro espacio cerrado se pide una distancia de al menos 2 metros.
Mascarilla y distanciamiento pueden proteger de COVID-19
El COVID-19 se transmite con mayor frecuencia por las gotas respiratorias. Cuando las personas tosen y estornudan, estas gotas pueden ingresar por los ojos, la nariz y la boca. Esto ocurre directamente o también al tocar una superficie contaminada con las manos y luego llevárselas al rostro.
Un estudio reciente analizó la relación entre los contagios y el distanciamiento, el uso de mascarilla y la protección ocular. Las principales conclusiones fueron:
- Una distancia de al menos un metro reduce el riesgo de transmisión al 2.6, frente al 13 entre aquellos en contacto físico más cercano.
- El distanciamiento de dos metros aumenta la eficacia en un 50.
- Los protectores faciales reducen al 6 el riesgo de infección. Mientras tanto, no utilizar estos implementos tiene un 16 de probabilidad de contagio.
- Las mascarillas, por su parte, presentaron que reducen a 7 el riesgo de infección, frente a un 17 si no se usa. Estos resultados se centraron en el uso de mascarillas dentro de los hogares y entre los contactos de casos.
- Las mascarillas N95 resultaron las calificadas con mayor protección. Le siguieron las de tela con múltiples capas.
¿Debemos entonces usar mascarillas para prevenir los contagios?
A pesar de la escasa evidencia científica que se ha tenido sobre si las mascarillas realmente evitan la propagación del COVID-19, la (OMS) aconseja a las autoridades locales a fomentar el uso de mascarillas por el público general.
Gobiernos de Latinoamérica en sus campañas expresan que las mascarillas no solo son preventivas, sino que pueden salvar vidas. La relación de contagios persona a persona que emplean para incentivar el uso de las mascarillas va de la siguiente forma:
- 90 de probabilidad de contagios cuando tanto la persona contagiada como la sana están sin mascarilla.
- 70 de probabilidad de contagio si la persona sana lleva mascarilla, aun cuando la persona contagiada no.
- 5 de probabilidad de contagio si un positivo por COVID-19 lleva mascarilla, mientras que una persona sana no.
- 1.5 de probabilidad de contagio si tanto la persona infectada como la sana usan mascarilla.
En el estudio mencionado se indica que el uso de la mascarilla es esencial, especialmente cuando el distanciamiento no puede garantizarse. Asimismo, la suma de medidas hace más eficientes los resultados. Esto, combinado con una higiene adecuada de las manos constituyen hábitos adecuados de prevención del coronavirus.
Información del estudio realizado por la Universidad McMaster en Canadá, publicado en: The Lancet
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