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Desde que se inició la pandemia del COVID-19 el tema de la vacunación ha sido un escenario de debate incansable, que en varias ocasiones se ha convertido en una verdadera batalla, entre los que sostienen que vacunarse es un fraude y, los que indican que la vacuna es el mejor instrumento para evitar el aumento de la mortalidad.

¿Quién tiene la razón? ¿Las vacunas causaron más problemas que soluciones? ¿Aumentaron las muertes por COVID de los vacunados?

Desde diciembre del 2020 hasta mediados de junio del 2022, el 66.3 % de la población mundial ha recibido al menos una dosis de una vacuna contra el COVID-19.

Se han administrado 11,980 millones de dosis en todo el mundo y ahora se administran 8.79 millones cada día. Solo el 17.8 % de las personas en países de bajos ingresos han recibido al menos una dosis.

Las estadísticas presentadas por organismos de salud a nivel mundial son claras: la vacunas contra el COVID-19 realmente han ofrecido resultados positivos para la población.

Prácticamente todos los países han publicado sus reportes epidemiológicos oficiales, donde fácilmente se puede hacer una comparación de la tasa de mortalidad antes y después de la vacunación.

De forma inequívoca se demuestra que las poblaciones con mayor número de vacunados son las que tienen el menor número de fallecimientos.

¿Aumentaron las muertes por COVID de los vacunados?

La respuesta es un categórico no, por dos factores fundamentales que son los siguientes:

  • En primer lugar porque la tasa de mortalidad ha disminuido de manera considerable desde que se inició la vacunación a nivel mundial.
  • En segundo lugar porque el ahorro en gastos médicos ha sido sustancial, debido a que menos pacientes terminan en las unidades de cuidados intensivos o cuidados intermedios, lo cual supone un importante gasto en el presupuesto familiar, especialmente si el paciente no dispone de un seguro médico o no lo cubre la salud pública.

Para el caso de los países más pobres donde hay limitado acceso a la salud privada y la salud pública puede ser ineficaz; la vacuna constituye prácticamente una salvación para los más desposeídos.

¿Es realmente necesaria la vacunación?

Ante las evidencias, definitivamente nosotros tenemos que apostar a que la población cumpla con el esquema de vacunación, el cual incluye el refuerzo, y que además sigan con las normas de prevención en sitios cerrados.

Es muy probable que las pautas para esta enfermedad viral incluyan en el futuro cercano la aplicación de un refuerzo anual, tal y como se hace con la vacuna de la influenza.

A través de la historia, las vacunas han cumplido un rol muy importante en la preservación de la salud y el bienestar de la población. No hay razones para que ahora sea diferente.

Las cifras no mienten, de hecho, los que están en contra de las vacunas no ha mostrado la más mínima prueba con respaldo científico de que las mismas ocasionen daño a la población o que nos pretendan convertir en una especie de robots, o alguna otra disparatada teoría.

Médico y columnista de semanarios en New York, New Jersey, Delaware, Pennsylvania, Connecticut, Texas, Florida y California. Conductor de “Mente, Cuerpo y Alma” wtcradio.net, canal 2, los viernes...