Una de las regiones más golpeas por el huracán Helene fue las montañas de Carolina del Norte, en donde las inundaciones y deslaves dejaron cerca de un centenar de muertos, varias zonas devastadas, y la interrupción de servicios. Las titánicas tareas de recuperación comenzaron, pero hoy la zona enfrenta una inesperada amenaza. Desinformación promovida por políticos irresponsables.
Teorías de conspiración, política e inmigrantes
Las zonas más afectadas fueron áreas rurales, que tradicionalmente se inclinan por una tendencia política conservadora. Son comunidades pobres, que se encuentra en un alto punto de vulnerabilidad.
Aunque es habitual que cuando ocurre una catástrofe comience a circular información tergiversada, lo que no es normal, es que esta desinformación sea promovida por destacadas figuras políticas. Por citar solo algunos ejemplos:
La congresista republicana, Marjorie Taylor Greene, fue criticada por promover la descabellada idea de que el gobierno puede controlar el clima. En una publicación a sus 1.2 millones de seguidores en X, Greene afirmó: “Sí, pueden controlar el clima. Es ridículo que alguien mienta y diga que no se puede hacer”.
El expresidente Donald Trump quiso aprovechar la tragedia para fomentar sus críticas a la administración Biden, asegurando que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) está desviando fondos de ayuda, para apoyar a inmigrantes indocumentados, claro, sin evidencia. Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y del Congreso han desmentido estas afirmaciones.
Otro rumor en redes sociales sugería que las autoridades planeaban derribar el pueblo de Chimney Rock, en el condado de Rutherford, y que enterrarían cuerpos bajo los escombros. Aunque esto rápidamente se desmintió, la desconfianza hacia el gobierno creció, llevando a varios residentes a rechazar la ayuda federal.
Cuando las personas creen en la desinformación
El problema se agudiza cuando la gente empieza a creer las teorías conspirativas de los políticos en quienes confían. Durante la última semana se reportaron múltiples confrontaciones verbales de los damnificados contra trabajadores de FEMA. En ciertos sectores de las montañas, se suspendieron las visitas de la agencia puerta a puerta.
La situación se agravó el 12 de octubre, cuando equipos FEMA fueron evacuados de emergencia en el condado de Rutherford. La razón: amenazas de un supuesto grupo armado contra los empleados de la agencia federal.
Aunque se había difundido el rumor de que “camiones llenos de milicianos” estaban cazando a los trabajadores de FEMA, la investigación policial concluyó que esta fue la obra de una sola persona.
La Oficina del Alguacil del Condado de Rutherford confirmó el arresto de William Jacob Parsons, un hombre de 44 años residente de Bostic, Carolina del Norte, acusado de hacer amenazas contra el personal de FEMA. El detenido fue hallado con un rifle de asalto y una pistola, lo que generó preocupaciones sobre la seguridad del personal de emergencia.
Por otro lado, representantes del Servicio Forestal y el grupo de respuesta a desastres Cajun Navy confirmaron más incidentes donde trabajadores federales fueron hostigados por residentes que, influenciados por la desinformación, rechazaban la ayuda.
A pesar de los desafíos, FEMA ha asegurado que continuará sus esfuerzos para apoyar a las comunidades afectadas por el huracán Helene.
En múltiples lugares del mundo, cuando ocurre una tragedia natural, una nación suele dejar de lado sus diferencias para unirse y ayudar a los damnificados. Este no fue el caso. Fomentar desinformación en medio de una tragedia, bordea en la sociopatía. Es crucial que la nación tenga identificados a los políticos que rechazan la unidad y la solidaridad, a cambio de sus propios intereses personales.