Para algunos niños o adolescentes, el entorno escolar puede ser estresante debido a que son sometidos de algún modo por sus compañeros, y por ello los padres tenemos la tarde de propiciar mecanismos para evitar que nuestros hijos sufran de acoso escolar o bullying.
El bullying puede presentarse en distintas formas y es un problema persistente en muchas instituciones educativas que afecta gravemente el bienestar y el desarrollo de los estudiantes.
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¿Cómo prevenir el acoso escolar? Guía de la UNICEF
En su intento por crear estrategias globales, UNICEF creó una guía de prevención del acoso escolar dirigida a padres y maestros. Se basa en 4 claves, cada una de ellas con un propósito y tareas específicas:
1) Entender: ¿Qué es el acoso escolar o bullying?
Se invita a los adultos a ponerse en el lugar de los niños y adolescentes para comprender aspectos como las cosas que les interesan, les afectan y las que son parte de su naturaleza. También, es importante tener claridad sobre el problema.
El acoso escolar o bullying se define como una "conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada", destaca la guía. Tiene un componente negativo y una relación de dominio y sumisión.
Por otro lado, existen diferentes tipos de bullying como: agresiones físicas o verbales, exclusión social, acoso sexual, manipulación; y derivaciones de ellas como extorsión, robos, difamación, creación de rumores. A su vez, se pueden dar en un terreno físico como virtual, donde recibe el nombre de ciberacoso o ciberbullying.
2) Conectar: ¿Cómo reconocer a un acosador y a la víctima de acoso escolar?
Además de participar de la realidad de los niños y adolescentes como espectadores, hay que pasar a propiciar una autoestima poderosa, donde hay que darle importancia a conversar con ellos, compartir tiempo libre e invitarlos a ser auténticos.
En este punto, se puede reconocer cualidades de víctima de acoso, que frecuentemente muestra baja autoestima, inseguridad o timidez. En general, tampoco comparte con otros y se aísla, producto de que sufre el rechazo de sus compañeros. Por otro lado, puede mostrar reacciones pasivas, provocadoras (imitando a sus acosadores) o reproducir el acoso hacia otras víctimas.
Un acosador, por su parte, actúa impulsivamente buscando reconocimiento y aceptación, ya que en el fondo tiene como cualidad la inseguridad. Manipula, se comporta de forma agresiva y tiene baja tolerancia a la frustración.
3) Prevenir: ¿Cómo saber detectar las señales del acoso?
Ya sabes cómo reconocer tanto al acosador como a la víctima. Ahora es tiempo de prevenir. Si notas que tu hijo tiene estas cualidades, esto es un llamado de alerta:
- No quiere asistir a clase, baja el rendimiento o muestra desinterés por el colegio.
- Deja de participar en su grupo de compañeros.
- Presenta baja autoestima y sufrir cambios bruscos de humor, en su alimentación o en su uso de las redes sociales.
- Manifiesta miedo a la soledad, ataques de pánico, insomnio o pesadillas.
- Tiene lesiones físicas, pierde cosas o las lleva rotas de vuelta a casa.
La tardea del lado de los adultos es:
- Fomentar los vínculos afectivos y enseñar a detectar relaciones tóxicas.
- Trabajar la apertura a la diversidad y a asumir la diferencia como riqueza.
- Enseñar que siempre hay que actuar cuando se es testigo de un acoso.
4) Actuar: ¿Qué hacer ante el acoso escolar?
No importa de qué lado está tu hijo: si es un acosador, una víctima o un observador, está involucrado y debe actuar.
La labor de los padres es escucharlos y propiciar que los niños y adolescentes expresen sus sentimientos y su día a día. La comunicación y el acompañamiento potencian la confianza en sí mismos, y los hace seguros de exponer las situaciones que viven.
Por otro lado, hay que buscar los medios para involucrar a los que sea necesario para parar algún caso de agresión, mediando entre la culpa y los señalamientos. Además, si es necesario, buscar ayuda sanitaria, física o psicológica.