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Charlotte - Oliver Merino es un joven mexicano, quien no solo es conocido por abogar por los soñadores, sino también por ser un activista temerario en su lucha por los derechos de los inmigrantes y otras minorías.

A sus 28 años, Oliver es graduado en Abogacía Paralegal de la Universidad Jonhson C. Smith, cofundador del “Dream Organizer Network”, una organización local para defender los derechos de los soñadores, así como también del grupo Comunidad Colectiva.

Oliver trabajó hasta hace poco en el Museo Levine del Nuevo Sur, donde desarrolló un programa para atraer diversas audiencias, entre ellas la latina. Uno de sus proyectos más destacados fue la exhibición multimedia: “NUEVOlution-Latinos y el Nuevo Sur”.

Este joven es miembro de la Junta Directiva de la Coalición Latinoamericana (LAC) y recientemente inició un nuevo trabajo para ejercer su profesión en el Charlotte Center for Legal Advocacy, anteriormente conocida como Legal Services of Southern Piedmont.

Originario de Pochahuizco, en el estado de Guerrero (México), emigró a Carolina del Norte a la edad de 10 años. “Mi familia nunca intentó quedarse aquí por micho tiempo, pero la vida pasa y hemos estado aquí en Carolina del Norte por 18 años. Mis padres entendieron que la vida aquí, estaba lejos de ser perfecta, pero mejor de lo que teníamos en México”, comentó Merino a La Noticia.

Oliver y su familia se radicaron en la ciudad de Monroe, y era 1999 cuando en ese entonces había ya una comunidad latina, en su mayoría mexicana, que tenía negocios y asistía a iglesias que brindaban un lugar para reunirse públicamente.

Mucha gente, incluido yo, tuvimos que luchar con el idioma, la cultura y la discriminación. Mis padres son gente de clase trabajadora así que para ellos también encontrar un buen trabajo pagado era también un desafío”, comentó.

Para él lo más importante en la vida es su familia y amigos, y lo que espera para ellos es que sean tratados con dignidad, respeto y justicia, y es algo que quiere para toda la comunidad.

Su trabajo con la comunidad

Oliver comenzó a involucrarse con las causas de la comunidad inmigrante en 2103, luego que algunos de lo invitaban insistentemente a asistir a manifestaciones y marchas. Aunque al comienzo no estaba de acuerdo con lo que hacían, luego entendió que no solo lo hacían por ellos y sus familias, sino por toda la comunidad inmigrante. Ahí entendí que también tenía que hacer algo”, contó el líder comunitario.

Oliver espera ver algún día que se reconozca el valor de los latinos, que los inmigrantes vivan sin miedo a la deportación, que los niños latinos tengan la mejor educación y que los legisladores aboguen por todos, independientemente si pueden votar o no.

Un de mis metas es ser un recurso de la comunidad y proveer la ayuda y apoyo que más pueda. Me tomó un tiempo decir públicamente que soy indocumentado, sin miedo y sin disculpas”, apuntó el activista.