A pesar de los esfuerzos que ha hecho es estado para que la inflación impacte lo menos posible, el mercado inmobiliario del Triángulo sigue a la alza y es muy caro para compradores e inquilinos.
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Y es que, por dar un ejemplo, los apartamentos de una y dos habitaciones de la ciudad de Raleigh costaron en julio el 40 % más de lo que costaban hace un año en ese mismo mes.
Analistas y expertos consideran que esta situación va a seguir en aumento, ya que se han combinado diversos factores muy propicios para el encarecimiento de la vivienda en la zona.
El mercado inmobiliario del Triángulo no está siguiendo la tendencia del resto del país y se hace cada vez más caro. En el demás territorio nacional los precios de las viviendas, para compradores e inquilinos, han comenzado a bajar o se han detenido.
Pero en el Triángulo las cosas son diferentes y los precios siguen en aumento. En Raleigh, el costo promedio de un apartamento de una habitación en julio fue de $1,840. Esa cifra es 42 % más cara que hace un año.
Si hacemos el mismo ejercicio respecto a los apartamentos de dos habitaciones, el costo se va a $2,058, 45 % más que el año pasado. Ambas cifras son manejadas por el sitio especializado, Rent.
Incluso hace dos meses el precio era mucho más bajo que ahora. Un apartamento de una habitación en Raleigh costaba $1,564 y uno de dos habitaciones $1,927.
Rent considera a Raleigh 'una ciudad superpuesta', que se refiere a las ciudades con aumentos significativos en todo tipo de viviendas.
El mercado inmobiliario en otras ciudades de Carolina del Norte
En la misma lista de Rent se encuentran otras de las ciudades del estado. Ahí podemos ver que en Greensboro los apartamentos de una habitación son 74 % más caros que el año pasado.

En el caso de los apartamentos de dos habitaciones, Greensboro vio un aumento del 43 %. Ese mismo tipo de viviendas aumentaron un 54 % en Durham y 43 % en Fayeteville.
Gran parte de la culpa de que estos precios hayan aumentado se debe a la alza en las tasas de interés de los préstamos hipotecarios. Esta situación prácticamente convierte a los dueños en inquilinos otra vez.