La familia extendida en nuestra comunidad latina es de suma importancia. Las abuelas, tías, son las que muchas veces ayudan en la crianza de nuestros hijos. Esta costumbre cultural puede tener muchos beneficios para los niños como para la familia en general, pero también tiene algunos retos, especialmente si hay una convivencia con la familia extendida.
Los retos están relacionados a los estilos de crianza que tienen a ser diferentes entre las generaciones porque la crianza se da en un tiempo diferente, en muchos casos en países diferentes y con experiencias diferentes por parte de los padres.
No podemos decir que un estilo de crianza es mejor que otro, sino que, sencillamente son estilos de crianza diferentes.
¿Cómo llegar a un acuerdo que sea de beneficio para todos?
Diálogo
Es importante comunicarle a la familia extendida que estará involucrada con los niños, sobre cómo ustedes quieren criar a su hijo. Esta conversación dará el espacio para compartir sus deseos y metas en la crianza y llegar a unos acuerdos.
Respeto
Aunque podamos diferir sobre cómo nuestra familia de origen nos educó, también es importante respetar algunas prácticas y costumbres que pueden aportar algún beneficio para la vida de nuestros hijos. El querer desarrollar nuestra forma de criar, no significa que tenemos que descartar todas las prácticas de la familia de origen.
Claridad
Si desarrollamos unas reglas y normas básicas de disciplina que sean claras, puede ayudar a nuestros familiares ser consistentes con estas normas y reglas. Muchas veces, queremos que adivinen o lleguen a la conclusión de lo que queremos para nuestros hijos por lo que observan en nuestra interacción con ellos.
Balance
Es importante estar claros sobre el rol que juega cada familiar en la vida de un niño. Los padres, mayormente están a cargo de la disciplina de los hijos porque en última instancia son los responsables de cuidar de ellos.
Los abuelos, tías y otros familiares, tienen un rol más relajado porque no hay un sentido de responsabilidad inmediato. Muchas veces en este rol, tienen a ser más consentidores con los niños. La vida emocional de los niños necesita tener este balance donde hay figuras con mayor estructura, en este caso los padres y otras figuras que sean consentidoras, en este caso, la familia extendida. Lo importante es mantener un balance, en el cual ninguna figura se vaya a los extremos en sus roles.
Cuando falla la comunicación
En situaciones específicas, quizás la convivencia no sea una buena opción, especialmente si, luego de agotar el recurso de la comunicación, la interacción en el hogar con el niño crea mucha tensión y no es de beneficio para ninguna en la familia.
Esta información no sustituye una consulta con un profesional de la salud mental que pueda evaluar las particularidades de cada situación. Para mayor información pueden llamar al 984-974-3795.
Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D.
Psicóloga Clínica e Investigadora
Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill
Departamento de Psiquiatría