Las palabras que el niño conoce conforman su vocabulario y estas forman, a su vez, oraciones. A medida que el niño va ganando experticia en la pronunciación y decodificación de cada sílaba, su fluidez incrementará. Esta es una habilidad sumamente importante, puesto que le permite al niño decodificar rápida y acertadamente. Además, su lectura en voz alta será elocuente. Sin embargo, no basta con que el niño lea rápidamente, las palabras tienen un significado y comprender los mensajes que comunican las palabras y oraciones escritas es el objetivo principal de la lectura. En este sentido, el niño debe entender lo que lee para que ésta sea efectiva. El afianzamiento de la lectura comprensiva contribuye, en gran parte, al éxito escolar. A continuación se presentan algunos consejos para favorecer la lectura comprensiva el los niños que ya saben decodificar sílabas:
1. Invite al niño a hacer predicciones:
Estimular a los niños a leer el título del texto y a observar las ilustraciones de la portada es el primer paso. Basándose en éstos, pregúntele de qué cree que tratará la historia. Asegúrese de que el niño argumente su respuesta y que ésta tenga relación con los elementos observados y con el título. Esto ayudará, en primer lugar, a que el niño se interese por la historia. Recordarse de las predicciones hechas por el niño es esencial. Una vez leído el libro, el niño debe verificar si sus predicciones fueron correctas o no. De haber sido acertadas, también invítelo a determinar qué tan precisas fueron.
2. Haga una “lectura” de las imágenes con el niño:
Los niños que ya saben decodificar sílabas, pero que aún no han afianzado la lectura compresiva, pueden verse beneficiados por esta estrategia. Los niños viven en un entorno altamente visual. Los mensajes y la información se presentan en una combinación de texto con imágenes. El hacer una lectura de las ilustraciones del texto ayuda a potenciar su comprensión lectora. Esto le permite al niño conocer más allá del significado literal de las palabras y en este sentido, el aprender a decodificar, interpretar y evaluar las imágenes que complementan al texto, le ayuda a entender mejor su significado.
3. Pregúntele al niño acerca de lo que está leyendo:
Las preguntas que le haga deben ser preguntas inteligentes. En otras palabras, haga preguntas que despierten la curiosidad del niño y que le hagan buscar la respuesta en el texto. De esa manera, podrá chequear si efectivamente está comprendiendo la historia. La expresión oral le ayuda a recordar y a pensar acerca del escrito. Las preguntas se pueden hacer a medida que se desarrolla el proceso de la lectura. Preguntarle qué cree que pasará al voltear la página, resulta bastante emocionante y le ayuda a organizar la información.
4. Invite al niño a establecer relaciones con lo leído:
Ayude al niño a conectar la información obtenida de la lectura, con sus conocimientos y experiencias previas. A lo mejor, la historia habla de sitios en los que el niño ha estado, como un parque, la playa o la casa de la abuela. Así mismo, los personajes de la historia pueden llevar a cabo acciones que el niño también ha realizado, como comer, jugar, cantar, pintar o hasta pelear con un amigo. Además, estimule al niño a reconocer los sentimientos y emociones de los protagonistas. Pregúntele qué le hace feliz, qué le pone triste, o qué le hace sentir nervioso. Invítelo a conversar acerca de esas experiencias que ha tenido. Esto le ayudará a imprimir significado a la lectura.
6. Enfóquese en el vocabulario:
Es evidente que el niño no conoce el significado de todas la palabras. Es por esto que, al leer, puede toparse con algunas que no le sean familiares. Así mismo el significado de las palabras puede variar dependiendo del contexto. Ayudarlo a identificar las palabras que le resultan confusas y determinar su significado según el contexto de la historia potencia la lectura compresiva. Una vez entendido el significado de una palabra, pida al niño un sinónimo que le resulte familiar.
7. Pídale al niño que cuente con sus palabras lo que leyó:
Hacer un resumen de lo leído resulta fenomenal para potenciar la lectura comprensiva. Asegúrese de que el niño incluya las ideas más importantes de la historia y que utilice sus propias palabras al hacerlo. Hacer un dibujo de la idea principal de la historia también puede ayudar a afianzar y expresar lo leído.
Para más información consulte: National Institute for Literacy