Comer semillas de sandía suele tener una mala fama. Es por eso que es muy común escupirlas, quitarlas o botarlas en lugar de consumirlas. Pero antes de hacerlo debes de conocer esta información. Las semillas de sandía son ricas en nutrientes como la misma sandía, según datos de Healthline.
Son una rica fuente de proteínas, vitaminas, ácidos grasos omega 3 y omega 6, magnesio, zinc, cobre y potasio.
Estos son algunos beneficios de las semillas de sandía
- Da a la piel más elasticidad: Comer semillas de sandía tostadas puede ser muy benéficos para la piel. Previene brotes de acné y los primeros signos de envejecimiento. También hidrata la piel y previene su opacidad. El consumo regular de estas semillas mantiene la elasticidad en la piel.
- Estimula el crecimiento del cabello: Las proteínas, el hierro, el magnesio y el cobre son algunos de los nutrientes más importantes para tu cabello. El cobre, en las semillas de sandía, aumenta la producción de melanina, lo que mantiene el cabello sedoso y fuerte.
- Ayuda a controlar el azúcar en sangre: Las semillas de sandía están relacionadas con un mejor control del azúcar en sangre y una menor resistencia a la insulina en el cuerpo. Esto es esencial para la salud de los pacientes diabéticos.
- Mejora la salud cardiovascular: Las semillas de sandía son altas en ácidos grasos omega 3 y 6. Estos ofrecen diversos beneficios cardiovasculares, incluyendo la disminución del colesterol, triglicéridos y reducción de la presión sanguínea. También tienen propiedades antiinflamatorias pudiendo reducir la hinchazón articular asociado al dolor de la artritis reumatoide.
- Previene la osteoporosis: Comer semillas de sandía secas con regularidad puede prevenir el deterioro temprano de los huesos. Estas son una fuente increíble de magnesio con más del 140% del requerimiento diario en sólo una taza. También son ricas en cobre, manganeso y potasio. Todos estos nutrientes contribuyen a una buena salud ósea, fortalecen los huesos y también mejoran la densidad mineral.