La amistad es un valor difícil de cultivar. Aun así, quien tiene un amigo verdadero tiene un tesoro capaz de curar el alma y un par de manos que despeinan.
La amistad es una relación afectiva que se puede establecer entre dos o más individuos, a la cual están asociados valores fundamentales como el amor, la lealtad, la solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso, y que se cultiva con el trato asiduo y el interés recíproco a lo largo del tiempo.
Una amistad verdadera se caracteriza por tener niveles de todos esos valores, especialmente, lealtad, cuidado y cariño superior al normal. Los amigos son un gran punto de apoyo en los momentos y situaciones difíciles.
Un amigo es la mano que despeina tristezas”, dijo Gustavo Gutiérrez Merino.
Sin embargo, cuando pienso en esa capacidad de despeinar no solo imagino la manera en que un amigo nos sostiene en medio de nuestros problemas. También se me ocurren las risas alocadas que nos sacan del orden y, tal cual, nos despeinan. Eso implica que los amigos son los que están también para celebrar, reír, inventar, jugar, soñar y brindar felicidad.
5 cualidades de un amigo verdadero
Básicamente un amigo verdadero tiene estas cualidades:
1. Leal
No existe amistad verdadera si no existe lealtad compartida. Es esa característica que hace a un persona indispensable debido a que se ha ganado nuestra confianza. Se alimenta de la sinceridad al hablar poniendo por delante la verdad y fidelidad; también de la escucha atenta y comprensión. Nada hiere más en la amistad que una persona que habla mal de ti a tus espaldas y daña la confianza exponiendo tus secretos o burlándose de tus debilidades.
2. Respetuoso
Gracias a la amistad la conversación puede ser libre, pero nunca alejada del respeto. Y no se trata de evitar decir las cosas, sino de encontrar las palabras precisas para hacerlo. Las diferencias son algo común entre las personas y, sin embargo, es necesario aprender a tolerarlas, aceptarlas y respetarlas sin restarles validez. Así, conviven virtudes y defectos, puntos de vista disímiles, formas de actuar y pensar en polos opuestos. Una amistad sobrevive a esas diferencias cuando se pueden conversar con respeto. Parte del respeto también incluye dar espacio; un amigo no es alguien a quien debes acaparar sino dejarle lugar para su privacidad.
3. Amoroso
No hay amistad si no la alimentamos con afecto, cariño, atenciones, momentos, tiempo de calidad. Cada uno de esos espacios para reír, llorar, compartir ideas, son los que sellan las relaciones, separándolas de la superficialidad y acercándolas a la permanencia. Es allí donde se reúnen los valores compartidos y se retroalimentan mutuamente.
4. Generoso
Los amigos dan de forma desinteresada. Pero no hay que sumar lo que pueden aportan desde el punto de vista material sino el consejo, la presencia, el abrazo, sobretodo cuando más lo necesitamos. Una amistad verdadera es genuina, sin esperar un beneficio de vuelta salvo la reciprocidad de los sentimientos. Se puede reconocer en los más difíciles y negativos, los más austeros y vacíos.
5. Incondicional
Cuando tienes un amigo verdadero él es capaz de cruzar el puente y ayudarte a construirlo. No le importan las consecuencias ni los riesgos que asume cuando te acompaña. Te anima, motiva, desea tu bienestar y celebra tus alegrías y éxitos. Está contigo en las buenas y en las malas.
Si eres capaz de mostrar estas cualidades de un verdadero amigo, entonces te convertirás en una persona donde un amigo desahogará sus penas en busca de apoyo; y a quien querrá a su lado para brindar por sus éxitos. La amistad sobrevive al tiempo y la distancia; a las dificultades. No se alimenta de la envidia sino de la lealtad y confianza. Un amigo celebra, comparte, llora y ríe contigo.