Cuantas veces usted ha escuchado a su hijo decir “no” o “no quiero” o simplemente no come. Para la mayoría de los niños siempre va a existir uno o varios alimentos que no les gusta comer, y quienes que somos padres lo sabemos muy bien.
Aproximadamente de los 2 a los 5 años de edad cerca del 20 % de los niños se vuelven bastante selectivos con los alimentos. A medida que los niños van creciendo y aprendiendo, sus hábitos alimenticios también cambian, se vuelven más independientes, empiezan a tomar decisiones por ellos mismos sin esperar a que se les de una orden.
El ser “picky” o selectivo con la comida es un estado bastante normal en niños. Algunas veces no aceptan un alimento simplemente porque no les gusta el color o porque es un poco picante, o porque es difícil de masticar.
Se rehúsan a comer ciertos alimentos especialmente vegetales o carnes, sacan la comida que no les gusta de el plato o la esconden o se la dan por debajo de la mesa al perro, en fin. Si estas o alguna de estas situaciones le suceden a usted en casa, no se preocupe, usted no esta solo.
La mayoría de niños que han sido selectivos con la comida comienzan nuevamente a aceptar los alimentos sin problemas a los 5 años de edad, pero muchos otros lo hacen hasta la edad escolar cuando empiezan a sentir la presión de parte de sus compañeros de escuela o durante la adolescencia, ya que es una etapa en donde el apetito alcanza los picos más altos aumentando el deseo de experimentar nuevas comidas.
¿Qué hacer?
• Cocine platos que les guste a todos en la familia. Evite aquellos que tengan muchos ingredientes, a la mayoría de niños les gusta los platos simples o con pocos ingredientes.
• Ofrezca un alimento nuevo a la vez. Hable con su niño acerca de este alimento, de su color, su forma su tamaño y pruébenlo los dos.
• Si se rehúsa a comer algún alimento del plato, acepte substitutos como cereal, yogurt o un simple sándwich preparado por su niño. Si la única carne que su hijo come es pollo, mantenga siempre una reserva de este en la nevera para usar como fuente de proteína.
• Lleve a su niño al supermercado e involúcrelo en la compra de los alimentos.
• Respete la decisión de su niño si existe un alimento que realmente no le gusta. Muchas veces no importa como los preparemos o lo sirvamos, simplemente a ellos les disgusta ese sabor.
• Manténganse calmado, no desespere cuando no quieren comer. Usted puede volver a ofrecer el mismo alimento en pocas semanas más.
• No se preocupe si su hijo no come vegetales, incentívelo a que coma más frutas.
• Conviértase usted en un buen ejemplo para sus hijos, los niños hacen lo que ven hacer de parte de sus padres.
• Evite presionar o castigar a su hijo en la mesa a la hora de la comida, esto simplemente lleva a un rechazo más fuerte y algunas veces al vómito.
• Trate de servir las comidas a la misma hora todos los días.
• Sírvales menos sodas, té o bebidas azucaradas.
• No mantenga a su hijo sentado en la mesa por períodos largos, especialmente si toda la familia ya terminó, esto solamente causará una sensación de desagrado asociado con las comidas. Si de verdad su hijo no quiere comer más dele cinco minutos extra en la mesa.
• Ofrezca porciones pequeñas, no permita que su hijo se llene con solo mirar las porciones en su plato.
• Mantenga una atmósfera placentera a la hora de comer, haga de cada comida un evento familiar, hablen de cosas placenteras que no estén relacionadas con la comida.
Busque ayuda profesional si su hijo está perdiendo peso, vomita ciertos alimentos, tiene acidez,
o si usted realmente no se encuentra cómoda con esta situación.
Sandra Tejada
Nutricionista del Programa del WIC/Coordinadora del Programa de Lactancia
Cabarrus Health Alliance
300 Mooresville Rd, Kannapolis, NC 28083
704-920-1204