Translate with AI to

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D.

Muchas veces vivimos la vida con constantes preocupaciones familiares, económicas y de salud, que nos llevan a sentirnos desesperados, nerviosos, y estresados. A veces ni siquiera sabemos de qué nos preocupamos. Esto pudiera ser una señal de ansiedad; una condición emocional en la que la persona presenta preocupaciones excesivas que no puede controlar por varios días, durante al menos seis meses.

Esta ansiedad puede estar asociada con otros síntomas como por ejemplo; irritabilidad, tensión muscular, dificultad para concentrarse, fatigarse con facilidad, intranquilidad y/o problemas para dormir de forma adecuada. Los síntomas pueden afectar nuestra salud física y nuestra capacidad para funcionar en el trabajo y/o en nuestra vida social.

Como consecuencia de la ansiedad se pudieran experimentar algunos síntomas físicos tales como dolor de pecho, falta de respiración, pérdida del cabello y comer de forma excesiva, entre otros síntomas.
¿Cómo saber si mis síntomas son físicos o son emocionales?
Es importante reconocer que el ser humano tiene tres áreas que están interconectadas: estas son el cuerpo, la mente y el alma o espíritu. Cuando una de estas áreas no está en un sano balance, las otras áreas se afectan.

Una visita a nuestro médico primario nos puede ayudar a identificar si los síntomas que estamos sufriendo están asociados a alguna condición médica o si es debido a la ansiedad.

Pero, ¿cómo podemos manejar la ansiedad? En muchos casos, vamos a necesitar ayuda profesional. La terapia hablada o psicoterapia nos puede ayudar a identificar soluciones a nuestros problemas. Hay situaciones más complejas que van a necesitar un tratamiento con medicamentos para ayudarnos a sentirnos mejor de una forma más rápida. También, podemos necesitar de ambas ayudas, de la terapia hablada junto con el medicamento.

 

Recomendaciones
¿Qué podemos hacer nosotros mismos para ayudarnos a sentir mejor? A continuación ofrecemos algunas recomendaciones.
• Practicar respiraciones profundas para que el oxígeno llegue a nuestro cerebro.

• Practicar ejercicios de relajación y/o meditación.

• Separar tiempo para relajarte y distraerte.

• Identificar una imagen que nos produzca paz (ej. el mar, una vereda, etc.) y tratar de traer la imagen a nuestra mente durante el momento de ansiedad.

• Programar un tiempo libre de preocupación, por ejemplo separar una hora donde está prohibido preocuparse.

• Descansar adecuadamente, proponerse dormir entre 6 a 8 horas diarias.

• Hacer una lista de las situaciones que nos preocupan para identificar posibles soluciones.

• Pasar de la preocupación a la acción. Ser proactivos con las cosas que están en nuestro control y pudieran ayudar a solucionar la situación. Por ejemplo, si te preocupa algún asunto de salud, ir al médico y tomar los pasos necesarios para atender el asunto médico.

• Hacer ejercicios, como por ejemplo caminar 30 minutos al día o practicar un baile. El sudar ayuda a eliminar las toxinas de nuestro cuerpo y nos hace sentir mejor.

Estas recomendaciones no sustituyen una consulta con un profesional de la salud emocional o con nuestro médico primario para que nos ayude a identificar cuál es la raíz de nuestros síntomas y podamos recibir el tratamiento adecuado. Para mayor información pueden llamar al 984-974-3795.

 

YouTube video

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría