Las propiedades de la avena y la miel en forma de mascarilla exfoliante para el rostro son geniales. Podemos usarla una vez por semana siempre que comprobemos que funciona para nosotras. No todos los cutis y necesidades son iguales, por ello es necesario asegurarnos de que es de utilidad particular.
Esta mascarilla ayuda a eliminar las células muertas que se van acumulando en la dermis. Además el rostro tendrá un aspecto más iluminado y sano.
Función de la avena en la piel
La avena tiene un efecto limpiador al tiempo que elimina las células muertas e impurezas. Absorbe el exceso de grasa y sebo, haciendo de ella un aliado perfecto contra el acné. Tras su uso hidrata y calma la piel dejándola fresca y suave.
Dulce miel que nutre
La miel, por su lado, es un exfoliante natural suave. Hidrata la piel desde lo más profundo!. Posee propiedad antiséptica, antioxidante y antibacteriana. Combate la formación de acné y espinillas por su acción equilibrante. Suele estar presente en muchos productos comerciales porque aclara cicatrices y reduce la arrugas.
¿Cómo preparar y aplicar la mascarilla?
Mezclamos 2 cucharadas de avena en hojuelas o molida y 1 cucharada de miel. Es recomendable que la miel sea orgánica para evitar que contenga químicos añadidos. Esta unión forma una pasta firme lista para ser usada.
Aplicamos sobre la piel con movimientos circulares hacia arriba. Dejar libres los labios y área de los ojos. Dejamos que haga su acción la mascarilla en el rostro unos 5 minutos. Luego retiramos con agua fría.
Antes de usar esta mascarilla se recomienda lavar el rostro con agua y jabón neutro.
Al finalizar este ritual de belleza podemos aplicar una crema hidratante de uso frecuente. Destella con tu rostro iluminado, fresco y libre de impurezas!