De Hipatia de Alejandría a Galileo Galilei, hubo un tiempo en el que los hombres y mujeres de ciencia eran condenados por el hecho de formular teorías que chocaban con el credo. Para evitarlo, se crearon algunos grupos de científicos clandestinos, que trabajaban ocultos y atrajeron las acusaciones de conspiración. De esto hace muchos años, pero estas suspicacias han seguido expandiéndose hasta nuestros días, especialmente desde que irrumpiese en nuestras vidas Internet.
El peligro de todo esto es que las mayorías de estas supuestas conspiraciones son del todo incorrectas. Un clarísimo ejemplo es el de los anti-vacunas, que acusan a las empresas farmacéuticas de estar jugando con la salud de sus hijos, inyectándoles un fármaco que, lejos de prevenir enfermedades, les podría convertir en autistas.
Desgraciadamente todavía hay personas que se creen esta falacia, aunque hace años que se demostró su falsedad. Pero hay algo más terrible, y es que algunas de las conspiraciones de gobiernos y empresas de las que más se habla en las redes resultaron ser ciertas, lo que aprovechan los adeptos de otras falsas para legitimarse. La web I fucking love science enumera estas conspiraciones que sí que tienen una parte de verdad.
La CIA usó psicodélicos para condicionar mentalmente
Por su oscuro historial de operaciones encubiertas, la Agencia Central de Inteligencia de EEUU, más conocida como CIA, ha sido una de las protagonistas principales de este tipo de historias sobre conspiraciones. En muchos casos, la realidad ha llegado a superar la ficción.
Concretamente, una de las más conocidas es la del proyecto MK-Ultra, realizado entre los años 1953 y 1964. Dicho ensayo consistió en la realización de 150 experimentos con seres humanos, a los que se les administraron una serie de drogas psicodélicas en proceso de investigación sin ningún tipo de consentimiento.
Al parecer, el objetivo final era desarrollar sustancias que les resultaran útiles en la lucha contra la Unión Soviética, por ejemplo, utilizando sueros de la verdad para arrancar confesiones o condicionar a sujetos introduciéndoles recuerdos artificiales y reacciones inconscientes.
No se conocen muchos detalles al respecto, ya que en su momento se mandó destruir la inmensa mayoría de pruebas. Sólo se conoce que uno de los participantes murió y otro tuvo que ser hospitalizado, pero el alcance podría haber sido mucho mayor.
Las tabacaleras ocultaron que el tabaco mata
Hoy en día, si una persona decide fumar, no lo hace engañada. Cuenta con un abanico inmenso de información sobre los daños que le puede ocasionar el tabaco, desde campañas televisivas hasta anuncios en las propias cajetillas de cigarrillos. Sin embargo, hasta no hace demasiado tiempo, las fuertes inversiones que hacían las tabacaleras en publicidad y campañas políticas arrojaban una imagen pública muy distinta.
Allá por los años 60 era de lo más frecuente ver anuncios en los que se anunciaba el tabaco como algo bueno para la salud y que de paso convertía a los fumadores en personas distinguidas.
Más tarde, la ciencia sacó conclusiones irrefutables sobre los daños ocasionados por el tabaco y las marcas vendedoras de cigarrillos se vieron obligadas a ser menos directas, pero sin dejar sus tácticas a un lado. Por ejemplo, empezaron a hacerse frecuentes los mensajes subliminales en el cine o en la publicidad, pero sin hacer alusiones directas al tabaco.
Hoy en día las marcas están obligadas a avisar a sus compradores de los peligros de fumar e incluso en 2006 una jueza estadounidense acusó a las tabacaleras de conspiración. Desgraciadamente, el daño ya estaba hecho y miles de personas en todo el mundo han muerto a lo largo de los años por culpa de ese veneno que les vendían como saludable.
El azúcar culpó de todo a la grasa
Algo similar a lo del tabaco ha ocurrido también con el azúcar. De hecho, hace año y medio se publicó un estudio en el que se analizaban una serie de actos bastante poco éticos al respecto acaecidos en las décadas de los 60 y 70.
Por aquel entonces arrancaron varios estudios con el fin de investigar qué factores de la dieta podían influir en el desarrollo de trastornos cardiovasculares. En un principio los dos candidatos principales eran los azúcares y las grasas saturadas, pero pronto los primeros se descartaron, dejando a las grasas como únicas culpables de todos los males del consumidor.
Varios científicos, entre ellos una editora de la revista Science y un profesor de Harvard lo confirmaron, e incluso alegaron que una dieta baja en grasas permitiría aumentar el consumo de azúcares sin riesgos para la salud.
Con los años, después de que nuevos estudios contradijeran totalmente estas teorías, se descubrió que ambos habían mantenido correspondencia con la entonces llamada Fundación para la Investigación del Azúcar y que ésta podría haberles "subvencionado" sus investigaciones a cambio de un informe positivo.
El gobierno de EEUU sí investigó los OVNIs
Uno de los temas predilectos de los fanáticos de la conspiración es el de los avistamientos de objetos voladores no identificados. Desde los que aseguran haber visto alguno de lejos, hasta los que creen que han podido ser abducidos, son muchas las personas que creen en este tipo de fenómenos. Lo cierto es que no hay ninguna teoría científica que los apoye.
Sea como fuere, es importante ser precavidos. Así lo confirmaron recientemente fuentes del Pentágono, que sacaron a la luz la existencia del Programa de Identificación de Amenazas Aerospaciales Avanzadas, una iniciativa cuyo fin era detectar posibles objetos voladores de dudosa procedencia y que, ante la inexistencia de resultados, terminó siendo abandonado.