¿Tiene algún proyecto pendiente? ¿durante años quiso fervientemente hacer algo y no se ha dado el tiempo para llevarlo a cabo? ¿quiere superar un problema o defecto de carácter que lo afecta desde hace mucho, pero no ha dado el primer paso? Si ese es el caso, pregúntese de forma honesta ¿qué es lo que realmente lo retiene?
Muchas personas tienen buenas ideas y mejores intenciones, pero a la hora actuar, se dejan llevar por el temor a salir de su zona de confort o por el temor a fallar. Estas personas aseguran que “algún día” harán aquellos cambios que necesitan en su vida, pero cuando las condiciones sean propicias. El problema es que estas condiciones ideales nunca llegan y el temor se enquista en sus corazones.
Parafraseando una antigua leyenda: Un rey sabio buscaba los servicios de una persona que le ayudase con la administración de las finanzas del reino. Hizo el llamado y varios candidatos acudieron por la posición. Luego de un estricto proceso de selección, llegaron cinco finalistas, quienes deberían enfrentar una prueba final. El rey los llevó a una habitación en donde se encontraba un bello jarrón con una rosa. El monarca les dijo: “este este es el problema”, señalando el jarrón y la rosa.
Perplejos por el acertijo, los candidatos al puesto real comenzaron a maquinar de qué se trataba lo que les dijo el rey. El naturalista se puso a analizar la rosa, especuló sobre su especie y origen geográfico “quizás allí esté el problema” se preguntó. El arquitecto midió la altura del jarrón y de la flor para tratar de encontrar alguna relación en sus dimensiones “tal vez ese es el problema” pensó, el artista analizó los dibujos y colores que engalanaban el jarrón en busca de pistas, el economista calculó el precio del jarrón y de la rosa “puede que sea un asunto de dinero” argumentó. Finalmente el último candidato preguntó al rey “¿Este es el problema?” “Sí” respondió el mandatario. Entonces el hombre tomó el jarrón, y lo lazó al suelo quebrándolo en mil pedazos. “Se acabó el problema” dijo el candidato, quien fue contratado.
Esta ilustración se usa frecuentemente en la descripción de un fenómeno llamado: parálisis por análisis. En muchas ocasiones sabemos que tenemos que hacer algo, pero en lugar de actuar decidimos contemplar otros factores, esperar condiciones ideales, seguir acumulando información, todo con tal de no dar el primer paso y actuar, lo cual nos lleva a una continua espiral de postergaciones.
Otra excusa muy frecuente por la cual no hacemos las cosas que soñamos es: “no tengo tiempo”. La realidad de la vida hace que tengamos que asumir distintas responsabilidades, las cuales consumen nuestro tiempo, sin embargo y al igual que el dinero, el tiempo es un recurso que puede ser administrado e invertido o mal gastado. Cuando posponemos y seguimos posponiendo nuestro sueño o proyecto y decimos que no tenemos tiempo, en realidad estamos diciendo “no le he dado prioridad”.
Sea aprender otro idioma, llamar a esa persona especial, montar un negocio, estudiar, bajar de peso o cualquier otro proyecto, el mejor momento para comenzar es ahora.
Es fundamental tener un plan, es muy importante analizar el terreno antes de saltar, pero al final es esencial actuar para convertir las ideas en realidad. En palabras del ganador del Premio Nobel de Literatura, Thomas Mann: “Deberíamos actuar como hombres pensantes y pensar como hombres de acción”.