Con tan solo 18 años de edad, Salvador Ramos perpetró un tiroteo en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, el pasado martes 24 mayo.
Eva Mireles, era maestra del cuarto grado en ese centro escolar y se convirtió en una de las víctimas mortales del tiroteo, no sin antes luchar hasta el último segundo para intentar proteger a sus estudiantes.
La maestra había trabajado en el distrito escolar de Uvalde durante varios años por lo que conocía los protocolos de seguridad durante una emergencia. Eva estaba casada con Ruben Ruiz, un policía de la localidad, con quien tenía una hija.
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Sin embargo, frente a un tiroteo el panorama es diferente, según el relato de familiares de la maestra asesinada mientras trataba de cubrir con su cuerpo a los estudiantes.
“Hizo todo lo que pudo para vivir una larga vida, y aquí se vio truncada. Ella era el alma de la fiesta. Fue asesinada por el pistolero mientras intentaba proteger a sus alumnos”, relató Lydia Martínez Delgado, tía de la víctima para The Washington Post.
Fue reconocida por la comunidad tras tiroteo
Algunos padres utilizaron sus redes sociales para destacar la trayectoria y amor por la educación que Eva tenía, tal es es el caso de Audrey, quien publicó un emotivo mensaje.
El gobernador Greg Abbott, reveló que el atacante portaba un arma de fuego y un chaleco antibalas.
De acuerdo con Everytown Support Fund, si se habla de la exposición que los niños estadounidenses tienen a la violencia armada, los tiroteos son la punta del iceberg.
Se estima que al menos 3,000,000 de niños en los Estados Unidos se encuentran expuestos a tiroteos. A la violencia se debe sumar los daños emocionales que ser testigo de un tiroteo puede causar, ya que a largo plazo puede causar depresión y crisis de ansiedad.