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En los últimos seis años, César Díaz ha celebrado la fiesta de la Virgen de Guadalupe en la iglesia homónima de la patrona mexicana en Charlotte. Este año, Díaz colaboró con la logística de la celebración en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, generalmente llevada a cabo en el Coliseo Bojangles a gran escala. Pero la pandemia del coronavirus causó varios cambios.
“Es diferente”, dijo Díaz. “Lo que toca es adaptarse y mantener la distancia social, usar mascarilla, y limpiarnos las manos.”
En Charlotte, la fiesta Guadalupana empieza la víspera del 12 de diciembre con homenajes, plegarias, misas y, lo más popular, serenatas a la virgen por grupos mariachi. Alrededor de cien personas asistieron a las celebraciones de la noche anterior, pero solo se les permitió entrar a un tercio de la capacidad normal.
“Las circunstancias no son buenas, no son positivas en ese sentido porque sabemos que donde hay más personas, hay más contagios”, explica Díaz.
Para reducir esas probabilidades, todos los participantes debían usar una mascarilla y tomar su temperatura para ingresar al templo. Aquellos que, por preferencia o capacidad completa, no entraron a la iglesia, participaron de la programación afuera en carpas al aire libre con asientos a distancia y proyectores que mostraban toda la programación en vivo. Cada vez que una persona abandonaba su silla, un voluntario de la iglesia la limpiaba.
“Tenemos hermanos que se encargan solo de limpiar,” explicó Díaz, parte del equipo de voluntarios para la celebración. “Son las normas que nos han dado.”
Los eventos programados también fueron transmitidos en vivo por Facebook. Entre los tres videos, sumando casi seis horas de programación, hubo más de 11,000 visualizaciones en línea.
El párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, Gregorio Gay, dice que esta es la más grande de la diócesis de Charlotte sirviendo a la comunidad latina.
“La fiesta de la Virgen de Guadalupe está en la sangre de nuestra gente'', dijo el sacerdote. “La fe es profunda.”
Gay dice que esa misma fe es lo que impulsa a los creyentes a continuar con las tradiciones de sus países de origen cuando llegan a Estados Unidos. A pesar de los cambios, dice que la pandemia es un motivo por el cual los miembros de la iglesia se aferran a su fe.
“Cada año hay necesidades nuevas por lo cual la comunidad quiere venir al pie del altar y pedir la ayuda de la virgen”, explica el Padre Gregorio, como lo llaman sus parroquianos. “Este año sobre todo creo que es la situación del COVID.”
Tradiciones latinas y distancia social
Esta es una temporada repleta de fiestas religiosas y tradiciones en la comunidad latina. En la fe católica, se conoce como la “Maratón Guadalupe Reyes” al período comprendido entre el día de la Virgen de Guadalupe hasta el día en el que se recuerda la llegada de los Reyes Magos, el 6 de enero.
A partir del 16 de diciembre, comienza la celebración de la novena, un reconocimiento de los nueve días antes del 25 de diciembre. También es tradicional la “misa de gallo”, celebración religiosa realizada a la media noche en Navidad.
En la cultura mexicana y otros países centroamericanos del 16 al 24 de diciembre se hacen las “posadas.” Esta tradición se ha vuelto muy común en Estados Unidos tras la diáspora de personas de dichos países. Carolina del Norte no es la excepción y en diferentes iglesias y vecindarios latinos se lleva a cabo esta tradición. Aquí los invitados cantan villancicos y sostienen veladoras en rumbo a una casa en donde son recibidos con una cena elaborada con platos tradicionales como pozole, tacos dorados, arroz con leche, o ponche.
Religión aparte, existen tradiciones en diciembre para despedir al año viejo y dar la bienvenida al que empieza. En Cary, Mariamar Vargas dice que estas tradiciones la ayudan a mantenerse en contacto con sus raíces venezolanas.
“Una tradición es que nos comemos doce uvas, y pides un deseo con cada una representando cada mes del año nuevo", dice Vargas. "También salíamos con maletas y luego las paseábamos si queríamos viajar el año siguiente."
Vargas dice que no celebrará con toda su familia como de costumbre este año para prevenir el virus.
“No queremos exponer a nuestros padres al COVID u otra cosa", explica la madre y esposa. "Intentaremos mantener nuestras tradiciones porque en estos tiempos necesitamos recordar nuestras raíces tanto como podamos y encontrar alegría en las cosas pequeñas".
Peligros durante la pandemia
A inicios de diciembre, debido al aumento de casos por COVID-19, el gobernador Roy Cooper estableció un toque de queda. Los servicios religiosos son una de las excepciones en la orden de Cooper. Esto significa que los lugares abiertos entre las 10:00 p.m. y las 5:00 a.m. por motivos religiosos, como iglesias, pueden permanecer abiertos.
Pero en octubre, anticipando la cantidad de reuniones y celebraciones que suceden a fin de año, el Departamento de Salud Pública de Carolina del Norte lanzó una campaña urgiendo a los lugares de culto y a sus líderes de seguir medidas de prevención para evitar el COVID-19.
En una entrevista, el subsecretario de salud Benjamin Money dijo que el estado reconoce la importancia de las celebraciones religiosas de la comunidad y las protecciones que tienen bajo la primera enmienda de la constitución estadounidense.
“Muchas tradiciones religiosas tienen prácticas que son antiguas. Estas prácticas a veces involucran contacto físico, o hasta con símbolos físicos y el canto”, dijo Money, quien ha estudiado la salud comunitaria. “Sabemos que el COVID es un virus respiratorio que se puede proyectar a grandes distancias cuando las personas están cantando o expresándose vocalmente.”
“Reconociendo tan claramente que el riesgo de transmisión en reuniones que tienen esas prácticas puede ser alto y que muchos de estos grupos aún se reunirán en medio de una pandemia, queríamos asegurarnos de que lo hicieran de la manera más segura posible y preferiblemente de forma virtual” añadió.
En cuanto a cómo se han recibido estas medidas entre líderes religiosos, Money dice que la respuesta ha sido grata.
“Tener instrucciones detalladas y la asistencia del departamento creo que ha sido bienvenido'', dice Money explicando que el departamento de salud ha estado en contacto con varios líderes religiosos de diferentes creencias alrededor del estado para obtener sus sugerencias y reacciones.
“Poder escuchar realmente lo que sus feligreses piensan, no solo sobre el virus, sino también sobre la guía, sobre algunas de las protecciones que hemos implementado, como gobierno estatal y municipal también, para realmente mitigar tanto como sea posible la propagación del virus.”
Sin embargo, “como todo” según Money, a veces surgen las críticas en cuanto a las restricciones que causan las pautas del estado.
“Es una especie de mezcla de opinión. Algunos tienen preocupaciones sobre la violación de sus derechos,” dice el subdirector.
“Hemos visto casos en los que no siguen lo que recomendamos y lo que consideramos la mejor asesoría para la protección del virus”, añadió. “Desafortunadamente, como sabemos, el virus no discrimina. Espera a que uno baje la guardia. Y es implacable. Nunca se toma un descanso”.
El efecto COVID-19
Peter Casarella es catedrático de teología en la Escuela de Divinidad de la Universidad de Duke. Muchos de sus estudios se enfocan en la religión entre la comunidad latina.
“Existen latinos protestantes, católicos, incluso latinos musulmanes. Hay muchas comunidades religiosas dentro de la comunidad latina, no quiero hablar monolíticamente, pero generalmente vemos todo en relación con Dios y la relación que tenemos en familia con Dios”, explica el Dr. Casarella, quien es de ascendencia italiana y colombiana, además es católico.
Casarella dice que no se sabe realmente cómo cambiarán los cultos religiosos después de la pandemia, pero dice que en la comunidad teológica se reconoce cómo los creyentes se han adaptado.
“Como todo en estos tiempos, las cosas se han acelerado de una manera que no anticipamos. Lo que esperábamos hacer en 10 años, lo haremos mañana mismo. Aún así, no creo que el culto en persona cambie mucho entre los latinos, ya que la interacción física es muy importante para esta comunidad”, dijo el Dr. Casarella.
“En las comunidades latinas en particular, creo que ha sido un shock. Pero también ha habido hermosas adaptaciones,” añadió Casarella, destacando celebraciones como La Virgen de Guadalupe y la Conferencia Católica de Estados Unidos. “A través del llamado Quinto Encuentro proveyeron muchos recursos sobre COVID, no solo orando, sino con una hermosa reunión llamada Ser Iglesia en Tiempos de Pandemia. Así que la comunidad latina ha logrado adaptarse bastante.”