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José Chicas y su esposa Sandra (I) reciben instrucciones por parte de Jonathan Wilson Hartgrove, director del SFC/P.J.

Durham- Un pastor de origen salvadoreño se convirtió hoy en el primer inmigrante del Triángulo en refugiarse en un santuario en Durham.

El 27 de junio, José Chicas fue acogido en la Escuela para la Conversión (SFC, por sus siglas inglés), un centro de educación religiosa de Durham sin fines de lucro (que serviría como santuario), justo un día antes de que inmigración le ordenara presentarse en el aeropuerto de Raleigh-Durham, con su maleta y un pasaje de avión, para cumplir con una orden de salida dada por la agencia en marzo.

En rueda de prensa dan a conocer públicamente el caso de Chicas/P.J.

No tenía otra opción”, dijo Chicas a La Noticia -uno de los medios que lo acompañó el día que ingresó a la Escuela de Conversión-. “Esto no es fácil. No es un hotel, ni son vacaciones. Es una determinación muy delicada, pero que vale la pena para permanecer junto a mi familia”, indicó. “La rutina ha sido difícil. Me hace falta mi familia, pero Dios nos da la fuerza para estar en este lugar”.

Chicas mencionó que esta experiencia les ha cambiado la vida. “Mi hijo menor me dice todos los días que nos vayamos para la casa. De manera económica también nos ha cambiado la vida. Estamos pensado en vender uno de los vehículos. Trabajaba en mantenimiento. Mi vida transcurre leyendo la biblia, orando y caminando por el pasillo”, apuntó.

José estuvo acompañador por varios líderes de fe al hacer el anuncio del santuario/P.J.

Sin alternativas inmediatas, José aceptó el ofrecimiento de los pastores, el reverendo William Barber, de la Iglesia Cristiana Greenleaf y del Movimiento Moral y de Jonathan Wilson Hartgrove, director del SFC, de refugiarse en la Escuela de Conversión hasta que su equipo legal logre que las autoridades migratorias reconsideren aceptar la solicitud de parar su deportación. “La presencia de José aquí ha sido una bendición para nosotros. Es bienvenido a quedarse todo el tiempo que necesite”, señaló Wilson Hartgrove.

El anuncio oficial fue dado en conferencia de prensa realizada esta mañana en la Escuela de Conversión.

Es muy difícil, pero confiamos mucho en Dios y agradecemos a todas las personas que nos han ayudado”, mencionó a esta medio Sandra Marquina, su esposa por más de 15 años y quien desde hace una semana visita todos los días a José. “Sé que cometió errores, pero encontramos a Dios y nuestra vida cambió”.

Ezequiel, hijo menor de José, le indica cómo usar la computadora/P.J.

Chicas, huyó de su país en busca de asilo político en 1985 a causa de la guerra. Con 20 años, fue detenido por inmigración y liberado tras pagar una fianza. Sin embargo, debido a malos consejos legales no se presentó a la corte, lo que generó una orden de deportación en ausencia, de la cual no tuvo conocimiento.

En 1987 se mudó a Carolina del Norte, donde se casó. Junto con su esposa es padre de cuatro hijos, tres de ellos ciudadanos americanos.

Durante los años 90, José fue acusado y declarado culpable de conducir bajo la influencia del alcohol y abuso doméstico, debido a su alcoholismo, pero su vida mejoró al encontrar a Dios. “Mi vida cambió espiritualmente hace 17 años. Tomé esa oportunidad y llamado para servir a mi familia y a la comunidad”, como pastor en la Iglesia Evangélica “Jesús es el Pan de Vida” en Raleigh.

En 1991 sometió una aplicación de asilo político, pero su caso fue cerrado en el 2004. Chicas decidió luchar y contratar un abogado que logra que su caso fuera escuchado en la Corte de Inmigración en Charlotte. En el 2009 un juez decidió suspender su deportación y desde ese entonces se ha reportado cada cierto tiempo a la Oficina del ICE en Charlotte.

Debido a no ser considerado como una prioridad de deportación, Chicas logró un permiso de trabajo.

No obstante y debido a los cambios en las políticas migratorias bajo la administración del presidente Donald Trump, en abril de este año inmigración le dijo que el 28 de junio debía debía dejar el país.

Esperamos que ICE tome la determinación de suspender su deportación. No hay razón para no hacerlo” dijo a La Noticia, Helen Parsonage, abogada.

Chicas es el tercer inmigrante indocumentado en Carolina del Norte que busca refugio en un santuario para evitar la deportación. “Si regreso a El Salvador me espera la muerte. No tengo nada allá. Todas mi vida y mi familia la hemos construido aquí. Espero que ICE reconsidere mi petición”, apuntó.

Para apoyar a José líderes de fe lanzaron la petición: https://action.groundswell-mvmt.org/petitions/tell-ice-let-pastor-jose-be-sanctuarynow?bucket&source=facebook-share-button&time=1499260323 que busca pedirle a inmigración que reconsidere su caso y suspenda su deportación.

En Carolina del Norte también hay dos inmigrantes refugiadas en santuario. Ellas son la guatemalteca, Juana Tobar, quien desde hace más de un mes permanece en la iglesia Episcopal San Barnabas en Greensboro, y el de la mexicana Minerva Cisneros García y sus dos hijos, quien desde hace una semana permanece en la Iglesia Congregacional Unida de Cristo en la misma ciudad.

Comunicadora Social y Periodista colombiana con más de dos décadas de experiencia en producción de televisión, comunicación organizacional y medios impresos. Su trabajo como editora y reportera ha...

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