La torrencial lluvia tenía inquietas a las hijas del activista latino de Asheville, Ponkho Bermejo, mientras el agua se colaba sigilosamente a su casa. Las gemelas se encontraban jugando en la sala cuando los truenos comenzaron a taladrar sus oídos y, de pronto, un transformador de luz tronó para dejar sin luz su residencia y provocar así el despavorido llanto de las pequeñas.
La escena bien podría haber sido sacada de una película de terror antes de la catástrofe, pero se trató de uno más de los estragos provocados por la Tormenta Tropical Fred en agosto del año pasado en Carolina del Norte, cuando con fuerza, desbordó el río Swannanoa causando daños severos en la zona de las montañas del estado.
Si bien, el Sureste de Estados Unidos suele verse afectado por estas condiciones extremas, se presentan cada vez con mayor frecuencia, debido a los efectos colaterales del cambio climático. Informes recientes de Climate Central muestran que las temperaturas generales del país han aumentado gradualmente desde 1970 y Carolina del Norte no es la excepción.
“Toda esta zona de las Carolinas, Florida, está muy afectada por huracanes, sequías y tormentas muy grandes”, dice en entrevista con La Noticia el Dr. Alfonso Delgado Bonal, científico asociado Programa GESTAR de la Asociación de Investigación Espacial de Universidades (USRA), Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
De hecho, la ciudad de Greenville ha tenido un aumento de temperatura más rápido que el resto del estado Tar Heel y el país con +3.2 grados en comparación con el +2.4 y +2.6, respectivamente. Toda vez que las condiciones climáticas extremas, como tormentas severas y sequías, son un efecto secundario directo de las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta.
¿Cómo ayuda la tecnología de la NASA a las Carolinas?
Para ello, la NASA ha puesto especial énfasis en el desarrollo de tecnologías que ayuden a cuantificar el comportamiento de las temperaturas en el planeta Tierra. Recién a principios de este año, compartió los datos extraídos del rastreo planetario y expuso que se trató del sexto año más caluroso al empatar el en récord con 2018, toda vez que 2020 y 2016 han sido los más cálidos que se tenga registro.
Y, de hecho, en conjunto, los últimos ocho años son los ocho más cálidos desde que comenzaron los registros modernos en 1880.
Puede interesarte:
“El poder monitorear cómo está subiendo el nivel del mar es una de las principales cosas que son necesarias para entender cuál es el clima en la región. Todas estas tormentas (en NC), cuanto más caliente está la temperatura en el océano, es más combustible para los huracanes, cada vez crean tormentas que destrozan más la infraestructura”, explica el experto.
“El poder tener esos datos nos ayuda muchísimo a mejorar nuestros modelos para generar una advertencia a la sociedad de lo que pueda ocurrir en cinco o siete días, para que todo el mundo pueda estar informado y tomar las acciones correctas”.
Más huracanes y climas extremos
Gracias a la tecnología se puede saber que habrá al menos 19 tormentas con nombre y nueve huracanes, de acuerdo con su pronóstico de tormentas severas de este año. Una temporada promedio normalmente tiene 14 tormentas con nombre, alrededor de siete huracanes y tres huracanes importantes, pero el aumento de las temperaturas causará más nutrientes y sedimentos que harán que la línea costera se desvíe de la costa hacia nuestras vías fluviales costeras, lo que en última instancia empeorará la calidad del agua.
Ya en enero, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Pensilvania y Kentucky se vieron particularmente afectados por la tormenta invernal Izzy, que provocó temperaturas bajo cero, fuertes vientos, nieve y hielo en la región Sureste.
El evento de clima gélido dejó a más de 100,000 personas sin electricidad y algunos lugares en el estado vieron hasta 10 pulgadas de nieve. La policía de carreteras de Carolina del Norte respondió a 300 accidentes automovilísticos y casi 800 llamadas de asistencia.
Alrededor de 6.3 millones de personas en el este de Carolina del Norte y el sureste de Virginia estaban bajo vigilancia de tornado hace un par de semanas, cuando el Centro de Predicción de Tormentas advirtió que se enfrentaban a un triple golpe de fuertes vientos, granizo y posibles tornados.
Contaminación y legislación, un problema
Aunado a esos problemas climatológicos, el estado –particularmente en el condado de Duplin, un área conocida como la "capital mundial del cerdo” – sufre por la porcicultura desmedida, misma que incluso ha sido catalogada como zona de “racismo ambiental” por diversos grupos de Derechos Humanos, al afectar aún más a latinos y afroamericanos.
Y es que, ahí los cerdos confinados superan en número a las personas en una proporción de 40 a 1 y la población sufre un inquietante número de muertes por cáncer, algo que podría estar relacionado a que las operaciones de desechos porcinos del estado se concentran en los condados de Duplin y Sampson, donde los residentes afroamericanos, latinos e indígenas representan casi la mitad de la población y donde la tasa de pobreza promedio supera el 20 %, muy por encima del promedio nacional.
Puede interesarte:
“Todos puede ser perjudicial si no existe control. Además, de la industria, existe la ley. Hay leyes en juego que dicen el nivel de contaminación que puede tener una industria, a día de hoy podemos monitorear desde el espacio cuáles son esas emisiones de gases y podemos decir qué industria está violando la ley. Gracias a estos satélites podemos decir si una industria se está comportando bien o mal. Arreglar el problema rápidamente”, explica el experto de origen español.
¿Qué ocurrirá a largo plazo?
Un reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) —el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de evaluación de la ciencia relacionada al cambio climático— señala que la forma en que el mundo produce alimentos es lo que hace imposible mantener las temperaturas globales en niveles seguros.
Según el IPCC, las cinco empresas productoras de carne más grandes son responsables por emitir más contaminantes que las mayores compañías de petróleo, como Exxon, Shell y BP, por lo que esta área del estado también abona al daño de la atmósfera.
“A mediano y largo plazo, si no se toman acciones, supongo que continuaremos diciendo cada año este es el más caliente. Eso informaremos todos los años. Desgraciadamente seguiremos diciendo que el nivel de las temperaturas esté subiendo, tenemos la esperanza digamos que estabilizamos el nivel de las temperaturas globales, pero eso queda más a largo plazo”, puntualiza el experto.