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Verónica Cruz Santos es oficial en la División Independence del Departamento de Policía Charlotte-Mecklenburg (CMPD) desde hace cinco años. Según relata, sus compañeros, profesores y entrenadores siempre le dieron el mismo trato como a cualquier otro policía. Sin embargo, en las calles no ocurre lo mismo. Explica que desafortunadamente aún se mantienen condiciones de desigualdad en el trato que la comunidad latina le da a la policía según su género.

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Respetar el orden y además hacerse respetar

Actualmente, Verónica realiza cuatro guardias nocturnas a la semana. Su jornada inicia a las 7:45 p.m. cuando llega a la estación policial y le explican los hechos que ocurrieron durante el día y las zonas que requieren ser vigiladas. Sin embargo, esto es solo una parte del trabajo, asegura que nunca sabe qué le va a deparar la jornada.

Para el 2021, solo el 13.3 % de policías en Estados Unidos eran mujeres. El 86.7 % de los oficiales eran hombres.

No sabemos lo que depara la noche, ni cuántas llamadas vamos a recibir, ni qué tipo de llamada vamos a recibir, entonces no existen días normales y uno debe ser consciente de que como policías, así como cualquier persona, también estamos expuestos a cualquier delito. Por ello, además de fuerza física, se requiere tener una mentalidad fuerte, aseguró.

La oficial, al igual que sus compañeros masculinos, recibió la misma preparación en la academia de policía y en la institución. Pero su experiencia patrullando las calles, le ha enseñado que el comportamiento de la comunidad latina ante los agentes policiales es diferente, aun cuando cada vez hay más mujeres trabajando para la policía.

Algunos detenidos a veces creen que porque soy mujer y pequeña pueden tratarme como quieran y llega el punto en el que tengo que ser un poco más rígida. Es en ese momento en el que se dan cuenta de que no me juzgaron bien”, indicó.

Desde antes de iniciar la academia de Policía, Verónica supo que su altura podría representar un desafío. Por ello se creó una rutina de entrenamientos para estar preparada física y mentalmente para el momento en el que se convirtiera en una oficial.

Cuando piensan en policías, piensan en una persona alta, pero en mi caso, soy un poco más pequeña y este es un desafío para el cual tenía que adaptarme; porque si me tocará saltar una valla, tengo que buscar una forma de hacerlo y para ello tuve que reconocer los puntos en los que yo soy fuerte y en los que no, para que ante cada desafío tenga un método diferente que me permita superar esto”, dijo.

“A veces he tenido que ser más ruda”

En el caso específico de la comunidad latina, la oficial Cruz considera que muchas veces algunas costumbres y prejuicios juegan en su contra, cuando quieren expresarse ante un oficial de la policía.

A veces he tenido que ser más ruda, porque hay personas que a veces, en estado de ebriedad, actúan de forma irrespetuosa. También ocurre mucho en la cultura hispana que se refieren a mí como “Güey”o “mami” y me toca exigirles que me traten como a un oficial y que no se pueden referir a mí de esa forma. Me toca recordarles que estoy aquí por una razón, que es el saber lo que está pasando”, aseguró.

Sin embargo, la agente comentó que ser mujer no siempre es algo que juega en su contra, ya que en algunas circunstancias los testigos o las personas involucradas en situaciones que requieren la presencia policial prefieren hablar con una policía antes que con un oficial hombre. 

A veces prefieren hablar con mujeres porque sienten que los policías hombres se expresan de forma muy agresiva, entonces es una alternativa para que quienes tengan que hablar con nosotros se sientan más calmados”, explicó.

Además, ser latina le ha permitido conectar a la comunidad con los servicios del CMPD.

Verónica ayudó a su familia a no tener prejuicios por la policía

Verónica se mudó de México a Estados Unidos en el 2000, cuando solo era una niña de 8 años de edad. Su padre (Pedro Cruz) había emigrado a Charlotte años antes para trabajar y traer a toda su familia: su esposa Narcisa Santos y sus siete hijos.

Ya viviendo en la Ciudad Reina, la joven comenzó a adaptarse a un nuevo estilo de vida, ajeno a algunas tradiciones latinas. Sin embargo, algunos prejuicios acompañaron a la familia. Uno de ellos fue el desconfiar de la policía por los altos niveles de corrupción e impunidad que caracterizan a algunos países de Latinoamérica.

Tuve familiares que tuvieron problemas con policías y vi esa convicción en la cultura hispana, de que los policías son malos, porque lamentablemente lo que se escucha en la cultura latina es que hay corrupción en nuestros países, entonces yo pensé que no se debe juzgar a alguien sin estar en sus pies. Pensé en caminar en sus zapatos para ver lo que ellos (los policías) pasan y así me motivé. Cinco años después sigo aquí”, comentó la oficial a La Noticia.

Con el tiempo, vio con claridad que su vocación era servir a la comunidad y dejó de lado las matemáticas y la ingeniería, que eran las carreras que inicialmente deseaba estudiar. En octubre del 2017, la joven se inscribió en la academia para convertirse en policía.

Cuando le comenté a mis padres que yo quería ser policía, se preocuparon porque les pareció muy riesgoso. Creían que era un oficio más para hombres que para mujeres, pero eventualmente se dieron cuenta de que sí lo iba a hacer y comenzaron a apoyarme más”, recordó.

Hay una policía por cada 10 oficiales

Según el reporte de la red de manejo de datos Statista, para el 2021 solo el 13.3 % de policías eran mujeres. El 86.7 % de los oficiales eran hombres.

Esta clara diferencia entre la cantidad de hombres y mujeres que se dedican a esta profesión fue evidente para Verónica desde que inició las clases en la academia de policía. En su curso (2017-2018) se graduaron 30 nuevos oficiales, de los cuales solo cuatro eran mujeres. Según la oficial Cruz Santos, de la totalidad de estudiantes, solo cuatro eran latinos (dos hombres y dos mujeres).

Actualmente, en la división en la cual Verónica trabaja hay una policía por cada siete agentes masculinos. En el futuro espera que las cosas cambien. (Foto: La Noticia)

La oficial estimó que actualmente hay una policía por cada siete agentes masculinos en la División Independence del CMPD. Esto representa cerca de un 21 %.

De acuerdo con el Capitán Gene Lim, quien forma parte de la división de reclutamiento de CMPD, actualmente varios departamentos del CMPD ya cuentan con el 15 % de mujeres policías. Esto lo comentó durante una entrevista al medio Police Magazine.

Explicó el agente, que actualmente el CMPD es uno de los muchos departamentos que han firmado el compromiso de la Iniciativa 30x30 promovida por la Asociación Nacional de Mujeres Ejecutivas de Aplicación de la Ley (NAWLEE) y el Proyecto de Vigilancia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, la cual busca reclutar a más mujeres policías, para lograr que para el 2030 el 30 % de los funcionarios policiales sean mujeres.

“Ser mujer no es una debilidad, es más bien una fuerza”

Desde que comenzó a trabajar con la policía, Verónica asegura que cada vez es más común ver a mujeres presentes en cargos de autoridad, lo que ha creado la convicción de que no existe un género débil. 

Pienso que ser mujer no es una debilidad, es más bien una fuerza que te motiva a desafiar tus capacidades y demostrar que puedes estar en un campo en el que haya más hombres… porque al final cada quien aprende su método de hacer las cosas”, comentó.

Actualmente, la oficial se encuentra terminando una carrera en Justicia Criminal en la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte y espera poder avanzar en su carrera como policía. Como mensaje, para quienes se encuentran interesadas en unirse a esta profesión, dijo: 

No creas que por ser mujer esto va a ser un impedimento para que puedas hacer algo. Siendo mujer, sabe uno que va a poner más esfuerzo e interés para lograr las cosas, porque está la motivación de probarse a una misma y probar al resto, que sí se pueden hacer las cosas y que ser mujer no te va a detener. Trabajar en un campo que es usualmente elegido por hombres se siente bien porque es una inspiración para otras mujeres que piensan que no pueden hacerlo porque son mujeres, entonces esto se convierte en una motivación para pensar ‘si ella puede hacerlo, entonces yo también puedo’”.

Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.