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En las próximas semanas, decenas de miles de venezolanos en Estados Unidos darán sus primeros pasos para establecer el derecho legal a vivir y trabajar en Estados Unidos, al menos temporalmente con el Estatus de Protección Temporal (TPS por su sigla en inglés).

Se estima que unos 472,000 venezolanos se volvieron elegibles el mes pasado para el TPS, una designación humanitaria que ya incluye 243,000 venezolanos en Estados Unidos. El programa brinda alivio a corto plazo a las personas que no pueden regresar a sus países de origen debido a desastres naturales, conflictos armados y otras situaciones extremas. 

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El TPS es una designación que actualmente se aplica a 16 nacionalidades y más de 600,000 personas, incluidas 17,000 en Carolina del Norte

En los últimos años, los venezolanos se convirtieron rápidamente en la comunidad de TPS más grande del país. Muchos que se establecieron en otras partes de Latinoamérica buscan escapar de la problemática económica y política de su país de origen.

Informamos este mes sobre el alivio que sienten muchos venezolanos, como Cristian Espinoza, de poder calificar para el programa. Espinoza partió su travesía en Perú. Le tocó cruzar a pie el Tapón del Darién y subir el mortífero tren mexicano “La Bestia” para llegar a Carolina del Norte. Como muchos otros venezolanos con los que hablamos en la comunidad de Charlotte, describió el TPS como una bendición y una oportunidad para construir una vida mejor.

El TPS le daría derecho a trabajar en Estados Unidos y lo protegería de la deportación, un detalle importante ahora que la administración de Joe Biden reanuda los vuelos de expulsión a Venezuela. Pero el estatus para los venezolanos solo se extiende hasta el 2025 y es limitado en lo que puede proporcionar. Al igual que los titulares de DACA, los titulares de TPS no tienen camino hacia la residencia permanente o la ciudadanía. Eso puede significar vivir en un estatus “temporal” durante años o incluso décadas, esperando extensiones. Esa realidad ya es conocida por muchos salvadoreños, hondureños y otros beneficiarios del TPS.

La abogada de inmigración Cynthia Aziz habló sobre generaciones anteriores de beneficiarios centroamericanos del TPS. Muchos de los que huyeron de la guerra civil y la violencia en los años 90 encontraron trabajo en las fábricas de textiles, la agricultura y la construcción en Carolina del Norte.

Y después de décadas en Estados Unidos, muchos de estos titulares de estatus temporal todavía se encuentran en una especie de limbo a largo plazo.

“No pueden tomar las decisiones que podemos tomar aquellos que tenemos plenos derechos en este país”, dijo Aziz. “Es difícil para ellos explicarles esto a sus hijos. ¿Por qué no pueden viajar libremente?, ¿por qué tienen que obtener permiso para todo? Porque eso es lo que han tenido que hacer durante todos estos años: obtener permiso para trabajar, obtener permiso para conducir”.

‘Ansiedad todo el tiempo’

Paula Azuaje, beneficiaria del TPS de Venezuela, describió la ansiedad de vivir en este espacio temporal. Cuando abandonó Venezuela hace nueve años en medio de violentas protestas, tuvo que suspender sus estudios de cine. Ahora, con un título de Queens University en mano, ya está dejando su huella en la industria. En su primer proyecto como productora asociada en Susie Films, con sede en Mooresville, ganó un premio Emmy del Sureste.

“Crecí en una generación diferente en la que, desde muy, muy joven, temías a un presidente y temías a la política”, dijo. “Así que aprendí inglés por mi cuenta. Solo para poder irme”.

Lloró cuando se enteró de la extensión del TPS de Venezuela en septiembre. Significaron otros 18 meses con derecho a trabajar y seguir produciendo películas. Pero tiene miedo de que las extensiones y las opciones se acaben.

“Tienes todas estas oportunidades y esta nueva vida en la que te sientes seguro la mayor parte del tiempo. Tienes esta libertad, pero también tienes ansiedad todo el tiempo”, dijo Azuaje. “Dieciocho meses no tiene sentido para mí. ¿Cómo esperan que se arregle un país en 18 meses?, ¿cómo esperan que la gente tenga una vida estable con solo 18 meses?”

Buscando soluciones legislativas al TPS

La Alianza Nacional TPS ha abogado durante años para que el Congreso brinde alivio a los titulares de TPS que ya han establecido vidas, familias y negocios en Estados Unidos. El coordinador nacional, José Palma, titular de TPS de El Salvador, dijo que las recientes extensiones de ciertos programas, como el de Venezuela, han sido pasos positivos. Pero dijo que el gobierno es capaz de hacer más para encontrar soluciones para la comunidad con TPS.

“Demuestra que si el presidente Biden, en este momento, estuviera dispuesto a hacer algo para apoyar a la comunidad inmigrante y a la población indocumentada que proviene de países que califican para el TPS, puede hacerlo”, dijo Palma.

Le gustaría ver un camino hacia la residencia permanente para los titulares del TPS que han pasado décadas en Estados Unidos.

Estamos dando los mejores años de nuestras vidas. No solo estamos contribuyendo económicamente a Estados Unidos, sino también socialmente con tantas otras cosas”, afirmó. “Creemos que eso debería ser suficiente para demostrar que los beneficiarios del TPS deberían tener la oportunidad de solicitar la residencia permanente”.

Esta historia fue producida mediante una colaboración entre WFAE y La Noticia. Puedes leerla en inglés en WFAE. This story is available in English on WFAE.

Kayla Young es periodista del programa Report for America. Cubre temas de inmigración y la comunidad latina para WFAE y La Noticia. Estudió periodismo en la Universidad de Texas en Austin.