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Con solo dos años de edad, Leah se encuentra luchando por su vida.

A la pequeña Leah le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda en octubre del 2022. Le han realizado 16 quimioterapias y aún continúa en tratamiento. Su madre, Leidy Molina, la lleva cada semana para conocer cómo avanza la enfermedad. Debido al costo del tratamiento, inició una campaña para cubrir varios gastos.

Leidy se separó de su pareja y se mudó a Charlotte hace dos años con sus cuatro hijos. Anthony, un niño de nueve años, Nathaly, quien tiene cuatro, y las gemelas, Camila y Leah, quienes solo tienen dos. Luego de vivir unos meses con su hermano, logró independizarse y alquilar un apartamento. Para cubrir los gastos familiares trabajaba como vendedora en una joyería. Antes de esto, ya había tenido otros trabajos como mesera.

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Durante los meses en los que vivía con sus hijos, la madre, de 31 años, nacida en República Dominicana, relata que en su casa reinaba la alegría. Eran cuatro niños y a todos les gustaba jugar. Leah es la más cariñosa. Sus pasatiempos son pintar, ver televisión, jugar con muñecas y conducir un carrito mientras su gemela iba como pasajera. 

Todo lo hacían juntas. Una empujaba a la otra en el carrito, porque les gusta lo mismo a las dos. Incluso, cada vez que compro algo, tengo que comprar dos de lo mismo, porque si son diferentes colores, entonces una quiere la de la otra y la otra no se lo quiere prestar y trato de que las dos siempre tengan lo mismo”, comentó.

‘Tu hija tiene cáncer’

Molina recuerda que el 4 de octubre del 2022 dejó su trabajo porque Leah tenía una semana con fiebre, no quería comer y el vientre lo tenía duro. Llevó a su hija al hospital por estos síntomas y jamás imaginó que fuera algo de tanta gravedad.

Entre análisis y exámenes nos damos cuenta del problema que ella está atravesando. La doctora me dijo que la niña estaba muy pálida y me remitieron a otro hospital porque allí no iban a tener los recursos necesarios para realizarle un tratamiento más avanzado”, comentó.

La madre desesperada se trasladó a las 2:00 p.m. con su hija al Atrium Health Levine Children's Hospital. Después de que los médicos leyeron el informe, le hicieron otros exámenes. Hasta las 8:00 p.m. Molina no tuvo ninguna actualización sobre el estado de salud de su niña. Cuando habló con los profesionales de salud le dijeron que era necesario hacer más estudios.

Eran las dos de la mañana cuando vi a los médicos. Vi la expresión en sus rostros y supe que había pasado algo. Ellos me dijeron que el hospital está altamente capacitado para todo tipo de tratamiento que se avecina, me dicen que la ciencia está avanzando y yo les pregunto ¿Qué tiene mi niña? En ese momento me dicen ‘tu hija tiene cáncer’”, comentó Leidy a La Noticia.

“Una enfermedad muy grande para una niña tan pequeña”

Leidy asegura que el impacto de la noticia sobre la situación médica de su hija la dejó sin palabras. “En ese momento yo siento cómo que me cae un balde de agua fría, cómo que el alma se me fue, porque no caigo en cuenta de lo que tiene mi niña. Yo estaba con mi niña y empecé a llorar, cuándo vi que ella se estaba preocupando, le dije que me cayó algo en el ojo y salí de la habitación. Empecé a llamar a mi familia”.

Han pasado más de dos meses y aún siento el eco de la voz de la doctora en mi cabeza diciéndome que mi hija tiene leucemia. Es una enfermedad muy grande para una niña tan pequeña”, agregó.

Para la joven madre, el temor de perder a su hija fue más importante que cualquier otra cosa. Aunque toda su vida se opuso a las transfusiones de sangre. Ese día aceptó que le realizaran este tratamiento para estabilizar a la pequeña. Esto permitió que le confirmaran el diagnóstico: leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer hematológico que afecta los glóbulos blancos.

En la familia materna de Leah no hay casos de cáncer. Los médicos le explicaron que la leucemia era una enfermedad genética que suele aparecer entre el 40 % y 50 % de los mellizos. Luego de contactar al padre de la niña para conocer sobre sus antecedentes familiares. Ambos progenitores acordaron utilizar todos sus ahorros para el tratamiento de Leah.

La pequeña Leah lucha por su vida

Los días siguientes al diagnóstico fueron seguidos por más estudios de laboratorios, exámenes de sangre y consultas con especialistas. Hasta ahora, los médicos descartaron un trasplante de médula ósea. El tratamiento que le están haciendo son ciclos de quimioterapias.

Actualmente, ella está respondiendo muy bien a su tratamiento. Los doctores dicen que con quimio y tratamiento ella va a superar el cáncer. Pero cada vez que le realizan una quimio, ese mismo día o al día siguiente, su cuerpo comienza a experimentar cambios. Ella juega y brinca, pero se cansa rápido. Ella puede jugar alrededor de 10 minutos, pero su cuerpo es una bomba de tiempo. De a ratos ella puede estar bien y de repente podría darle fiebre y me toca llevarla a emergencia”, dijo Leidy.

Hasta ahora, Leidy ha llevado a su hija seis veces a emergencias y la han internado tres veces. Las dos últimas se debieron a un virus. 

Durante esta entrevista, Molina acompañaba a su hija en el hospital, donde le estaban haciendo una sesión de quimioterapia. Luego y antes de cada quimio, a la niña le hacen análisis de sangre para medir la evolución de la enfermedad. En enero le practicarán una biopsia para determinar si necesitará o no un trasplante de médula ósea.

Allí van a saber si van a necesitar trasplante o no, y están descartando la posibilidad de que al final de este proceso puedan darle diálisis. Esto es, limpiarle la sangre. Ellos aún no saben darme un diagnóstico específico, todavía no ha cambiado su panorama, ni su estado clínico”, comentó.

“Yo le corté el cabello a las dos”

Para la dominicana, tener que explicar a sus hijos sobre la situación de su hermana es una tarea imposible de hacer, ya que todos están muy pequeños y solo entienden que su hermana está enferma. 

Como se le explica a un niño de dos años y medio que su vida está entre la espada y la pared. Que no sabe si va a responder al tratamiento o si puede pasar algo más, porque cuando se habla de cáncer ya uno piensa en lo peor, aunque haya mil soluciones o tratamiento, uno siempre piensa lo peor”, expresó.

Cuando Anthony, el hijo mayor de Leidy, fue a visitar a su hermana al hospital, se puso mal. “Empezó a llorar y a preguntar si su hermanita se iba a morir, yo le dije que está en manos del médico, pero que se va a recuperar. Fue un momento muy duro”, señala Leidy.

Leah tiene el cabello rizado y castaño. Muy parecido al de sus hermanos. Con las quimioterapias este empezó a caerse. Ha sido uno de los estragos de la leucemia.

Leah se reencuentra con su hermana Camila, luego de estar internada una semana en el hospital.

Para mí, esa fue una de las partes más duras dentro de este proceso. Cada vez que la tenía que peinar yo veía que su cabello se me quedaba en las manos y yo misma tuve que cortarle el cabello y como Camila, su melliza, me dijo que le gustaba como su hermana tenía el cabello, yo le corté el cabello a las dos. Pero ahora Leah tiene menos cabello y mi niña me dijo ‘Leah antes cabello, Leah no cabello ahora’. Inmediatamente, me quedé sin palabras”, relató la mujer.

Recordar su antigua cabellera es un tema que las niñas mencionan en repetidas ocasiones. “Hace poco ella vio una foto de ella en el teléfono de mi hermana y comenzó a hablar de su cabello. ¿Cómo le explico a ella la razón del por qué no tiene cabello? Camilia también se asombra porque Leah no tiene pelo, ese es su único asombro, pero el trato entre ellas, todo sigue igual. Ella lo que quiere es que le corten el pelo, porque lo quiere tener bajito como su hermana”, añadió.

Todo el tiempo están juntas, la única vez que se separaron fue cuando a Leah la diagnosticaron y duró una semana fuera de la casa y cuando la vio se emocionó. Fue un momento muy conmovedor cuando se reencontraron. La abrazó y comenzó a gritar ‘Leah volviste’ y cada vez que la bebé sale, ella la recibe con mucho afecto”, mencionó.

Los quieren desalojar de su casa

Leidy señala que con el tratamiento de Leah y los gastos en el hogar, actualmente la economía de la familia se vio muy afectada y ya no cuentan con ahorros.

Una trabajadora social nos intentó ayudar, pero hubo un error con la compañía que nos renta y como los pagos no se hicieron, el primero de diciembre recibimos una carta de desalojo”, explicó.

Para cubrir los gastos de Leah, inició una campaña en GoFundMe. La meta es cubrir parte del tratamiento y no perder el hogar en el que han vivido en los últimos meses.

Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.