El presidente Joe Biden anunció que pondrá fin a la emergencia por COVID-19 próximamente, aunque la Organización Mundial de la Salud, OMS, sigue considerando al coronavirus como un riesgo a la salud global. ¿Cómo cambiará la vida de las personas y el rumbo de las instituciones con esa decisión?
Hace un año la variante ómicron amenazaba a la humanidad con su fácil propagación, recordó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Pero hoy la situación es otra gracias a que, según asesores, estamos en un nivel más alto de inmunidad que hace posible reducir las muertes asociadas al virus.
El inminente "control" del coronavirus ha ayudado a normalizar la vida de las personas cada día más. Asimismo, le da carta verde a los gobiernos para repensar decisiones que en su momento obligó la crisis del COVID-19.
¿Qué significa el fin de la emergencia por COVID-19?
El 11 de mayo será cuando se anuncie el fin a las declaraciones de emergencia nacional y de salud pública para enfrentar el COVID-19, dijo Biden. Esto dejaría sin efecto una serie de medidas sanitarias y económicas que hace tres años se tomaron para proteger a millones de estadounidenses.
En concreto, estas medidas estaban destinadas a mitigar las muertes y asistencia ante la crisis brindando a las personas:
- un seguro médico asequible,
- acceso a pruebas y vacunas de forma gratuita,
- apoyo alimentario,
- alivio económico y financiero.
Con el fin de la emergencia se daría paso al manejo del virus como una amenaza endémica a la salud pública, que puede ser dirigida a través de las autoridades normales de las agencias, en lugar de esperar una respuesta federal.
¿Cómo cambiará la vida con el fin de emergencia por COVID-19?
La reestructuración de las decisiones que se tomaron para combatir el COVID-19 afectaría en estos temas, recogidos por The Associated Press:
1) Pruebas, tratamientos y vacunas COVID-19
Hay un área gris en este aspecto que podría impactar en el bolsillo de los estadounidenses. Autoridades indican que las vacunas, refuerzos y tratamientos por coronavirus, seguirán siendo autorizados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) una vez que finalice la emergencia de salud pública. Sin embargo, se prevé que el gobierno deje de comprar las vacunas en vista de que se agotan los recursos destinados a ese fin y el Congreso no quiere aprobar fondos adicionales.
Irónicamente, se anticipa que se disparen los costos de las vacunas contra el COVID-19 cuando no sean responsabilidad del gobierno. Pfizer dice que cobrará hasta $130 por dosis, una suma considerable que muchos no podrían costear.
Asimismo, ya no se requerirá que las aseguradoras cubran el costo de las pruebas gratuitas de COVID-19 en el hogar.
2) Pago de préstamos estudiantiles
Desde marzo del 2020 se detuvieron los pagos de préstamos estudiantiles federales. Luego, Biden anunció un plan para perdonar hasta $10,000 en deudas dirigido a personas con ingresos inferiores a $125,000 u hogares con ingresos inferiores a $250,000. El problema es que ese plan de condonación, que han solicitado más de 26 millones de posibles beneficiarios, está en un limbo legal a la espera de un fallo de la Corte Suprema.
El Departamento de Justicia aludió a la Ley HEROES del 2003, para dejar en el Secretario de Educación la "autoridad amplia" para renunciar a las reglas relacionadas con la ayuda financiera para estudiantes durante una emergencia nacional.
La pausa en los pagos de préstamos estudiantiles finalizaría 60 días después del fallo de la Corte Suprema.
3) Asistencia alimentaria
El COVID-19 facilitó el acceso a beneficios bajo el Programa Federal de Asistencia Nutricional Suplementaria, o SNAP, que aportaba alrededor de $82 por mes. Algunos estados anunciaron que lo dejarán sin efecto en el mes de marzo.
Por otro lado, la ayuda alimentaria para adultos desempleados, menores de 50 años y sin hijos, también cambiará después de que se levante la emergencia de salud pública en mayo. En junio volverá a instalarse una regla pausada que requiere que esas personas trabajen o participen en capacitación laboral durante 20 horas por semana para seguir siendo elegibles para los beneficios de SNAP.
La ayuda SNAP para algunos estudiantes universitarios de bajos ingresos también se reducirá en junio.
4) Acceso al seguro médico Medicaid
Actualmente Medicaid ofrece cobertura de atención médica a aproximadamente 90 millones de niños y adultos, o 1 de cada 4 estadounidenses. Muchos de ellos se inscribieron durante la pandemia cuando se prohibió a los estados sacar a las personas del programa durante la emergencia de salud pública.
Ahora, a partir del 1 de abril se autoriza a eliminar a las personas no elegibles. La solución para quienes puedan será contratar planes de seguro de bajo costo a través del mercado privado de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio o de su empleador.
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5) Telesalud
La declaración de emergencia de salud pública suspendió algunas de las reglas estrictas que anteriormente regían la telesalud y facilitó este servicio mediante un teléfono inteligente o computadora. Además, permitió a los médicos facturar a Medicare por la atención brindada virtualmente.
Al menos hasta fines del próximo año se espera que esas flexibilidades para esta alternativa de atención médica se mantengan.
6) Dinero para hospitales
Los hospitales sufrirán un gran golpe económico en mayo con el fin de la emergencia por COVID-19, ya que no obtendrán un 20 % adicional por tratar a pacientes con COVID-19 que tienen Medicare. Esto podría incrementar una crisis hospitalaria que no se recupera de los efectos de la pandemia.
7) Inmigración: Título 42
Durante el gobierno de Donald Trump se instaló el Título 42 para negar a las personas el derecho a solicitar asilo en la frontera, con el fin de evitar la propagación del COVID-19. Aunque esa norma espera una revisión de la Corte Suprema y, no está sujeta a la declaración de emergencia, se espera que la decisión impacte en las futuras restricciones para los migrantes.
Por el momento, el gobierno incorporó en la aplicación CBP One, la opción de anticipar la llegada de los migrantes a la frontera y garantizar un procesamiento ordenado.
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¿En qué punto estamos con el COVID ahora?
La OMS advirtió que en las últimas ocho semanas han muerto al menos 170,000 personas en todo el mundo por coronavirus. En Estados Unidos se cuentan más de 1.1 millones de fallecidos desde 2020, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, cifra que incluye unas 3,700 la semana pasada.
A pesar del control del COVID-19 no hay claridad respecto a si "este virus seguirá siendo un patógeno establecido de forma permanente en humanos y animales durante el futuro previsible", dijo la OMS en una declaración.
Las recomendaciones mantienen foco en los grupos de riesgo, principalmente, a quienes se les pide estén completamente vacunados, frecuenten las pruebas exploratorias y usen de forma temprana los antivirales. Esto, ya que debido a la "fatiga pandémica" y la creciente percepción entre la población de que el COVID-19 no es un riesgo tan grande como en el pasado, se ignoran con facilidad las medidas preventivas.