Durante cuatro semanas, los caballos en los establos de Hertford en Carolina del Norte se han estado enfermando y muriendo por una misteriosa dolencia. Ahora los dueños sospechan que los costosos animales de exhibición han sido envenenados.
El primer incidente ocurrido en New Hope Stables, ubicado en el condado de Hertford, se detectó en septiembre; con la inesperada muerte de un caballo de exhibición de 18 años. Pero la tragedia recién había comenzado.
Al menos cinco caballos han muerto y cerca de una docena más están enfermos con una misteriosa enfermedad que está cobrando rápidamente la vida de los animales, según funcionarios del establo.
La primera víctima fue un caballo de exhibición llamado “Hidden Treasure”, que se enfermó el 23 de septiembre y tuvo que ser sacrificado al día siguiente, según publicó en sus redes sociales los establos New Hope Stables.
Tres días más tarde un segundo caballo, llamado Koda, se encontró en el piso, y según la granja estaba “en evidente angustia”. Varios otros caballos también presentaban un comportamiento errático, otros tenían fiebre alta.
Koda sufría cólicos, diarrea, letargo y fiebre. Lo llevaron a la clínica veterinaria de emergencia, donde también fue atendido Hidden Treasure. Pocos días después tuvo que ser sacrificado.
Misterio y enfermedad en caballos de Carolina del Norte
Al principio se pensó que se trataba de algún tipo de virus, por ello el establo entró en una cuarentena en donde no se sacó a los caballos, tampoco se admitió a nuevos animales, se suspendieron las clases de equitación que allí se impartían y se prohibió la entrada a visitantes.
Pese a todo esto, para principios de octubre la granja anunció que se tuvo que sacrificar dos caballos más: Fancy y Sweet Dixie.
“Hoy ha sido un día extremadamente triste en New Hope Stables. Hoy el cielo ha ganado tres hermosos caballos más”, escribió la granja, mencionando también a Koda.
En los establos tenían un total de 17 caballos, de los cuales 15 enfermaron con problemas abdominales y cuatro murieron. Los caballos enfermos fueron conectados a sueros intravenosos y se les tomó la temperatura a diario. Los animales han sido examinados para detectar enfermedades infecciosas tanto comunes como poco comunes en el área.
Se estudió el agua y la comida, pero todos los resultados salieron negativos, lo que ahora les ha llevado a sospechar que los caballos puedan haber sido envenenados intencionalmente.
Los caballos ya no se quedan y los establos han aumentado las medidas de seguridad, como la instalación de cámaras y luces de seguridad.
El hígado y el corazón de uno de los caballos que murió se enviaron a un laboratorio de Pensilvania para realizar más pruebas.