El presidente Joe Biden firmó una serie de órdenes ejecutivas dirigidas a darle cumplimiento al plan para combatir el COVID-19. Además enfatizó en que la nación cuenta con nueva administración en la lucha contra el coronavirus.
La intención del mandatario es enfocarse en reducir los contagios y poner fin al asedio que los estadounidenses han soportado por cerca de un año.
Biden prometió tomar medidas agresivas para frenar el virus. Pidió un estricto apego a las normas de salud pública. Asimismo, les está ofreciendo a los estados asistencia con apoyo técnico y recursos federales. Expresó con firmeza que las decisiones de su gobierno sobre el coronavirus se basarán en la ciencia, no en la política.
Sin embargo, el presidente recalcó que la tarea no será inmediata:
No caímos en este desastre de la noche a la mañana, y tomará meses cambiar la situación”, dijo Biden.
También recordó que las muertes por COVID-19 en Estados Unidos se han incrementado y rebasado las 400,000, e hizo notar que hay cálculos de que podrían alcanzar las 500,000 en un mes.
¿En qué consiste el plan de Biden anti COVID?
Con las 10 órdenes firmadas por Biden se pretende dar inicio a una estrategia nacional contra el COVID-19. Las medidas iniciales incluyen:
- Aumentar el ritmo en la vacunación. Biden ordenó a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) que comience a instalar centros de vacunación a fin de que 100 ya estén funcionando en un mes. Le está ordenando a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades que comiencen un programa que ponga vacunas disponibles en las farmacias locales a partir del próximo mes, aprovechando un plan establecido por el gobierno de Trump. Y el mandatario está poniendo en marcha un plan para capacitar a más personas que apliquen las vacunas.
- Incrementar la realización de pruebas diagnósticas. Se requieren más recursos que se podrán obtener gracias a la Ley de Producción de Defensa. Esto le permite al gobierno ordenar a la industria privada que produzca los suministros necesarios en tiempos de una emergencia nacional.
- Fomentar el uso de mascarillas, lo que llevó a anunciar la obligación de usarla durante los viajes en aviones, barcos, autobuses de larga distancia, trenes y el transporte público.
- Frenar los contagios del exterior pidiendo prueba negativa de COVID-19 antes de partir hacia Estados Unidos. También se agregó una cuarentena al arribar.
- Abordar la inequidad en cuanto a atención médica para comunidades minoritarias asoladas por el virus. Para ello
ordenó el establecimiento de una Fuerza Especial para la Equidad en Salud. Los afroestadounidenses, los latinos y los indígenas presentan porcentajes altos de muertes y contagios. De acuerdo con encuestas, la renuencia a las vacunas es mayor entre los afroestadounidenses, un problema que el gobierno busca enfrentar mediante una campaña de educación.
La intención final es permitir la reapertura de escuelas y negocios. El presidente ofreció reabrir la mayoría de las escuelas que dan clases a alumnos de kínder a 8vo grado en sus primeros 100 días. Esto permitirá que los padres vuelvan a sus trabajos y reactivar la economía.
Tras anunciar las medidas el presidente dio un mensaje de tranquilidad:
A una nación que espera que se tomen medidas, permítanme dejar algo claro: La ayuda va en camino”.
Por otro lado, el mandatario omitió la pregunta de un reportero acerca de si aplicar 100 millones de vacunas contra el coronavirus en 100 días debería ser más ambicioso. Esto, debido a que expertos dicen que se necesita duplicar o triplicar esta acción. Actualmente, incluso con el lento ritmo de la vacunación, Estados Unidos ya se está acercando a un millón de dosis aplicadas por día.
Desarrollado por La Noticia con información de AP.