A principios de la década de los 80, se asentó en Carolina del Norte un hombre de origen pakistaní que terminaría siendo el creador del plan de los atentados del 9/11.
Criado en el seno de una familia religiosa, el segundo de ocho hermanos fue enviado tras cumplir la mayoría de edad a Estados Unidos, donde acabó sus estudios y conoció de cerca la cultura de este país.
Primero lo hizo en una pequeña Universidad (Chowan) ubicada en el pueblo de Murfreesboro, posteriormente dio el salto a una más grande.
Se trasladó a la North Carolina A&T State University donde en 1986 obtuvo su título de ingeniería mecánica.
Fueron tres años complicados los que pasó Jalid Sheij Mohammed en el estado. Los lugareños no eran acogedores y molestaban de forma frecuente a los estudiantes musulmanes.
Además, le costaba expresarse en el idioma, haciendo aún más difícil su estancia y adaptación.
En esas aulas Modammed desarrolló un desprecio persistente por Estados Unidos, que años después lo llevarían a planear el mayor atentado terrorista de la historia.
Tras acabar sus estudios, se reunió con sus hermanos en Afganistán dentro de una base ubicada en Peshawar, al otro lado de la frontera afgana en Pakistán.
Fue justo en ese lugar donde recibió entrenamiento terrorista durante la ocupación soviética.
A Jalid se le conoce como un hombre de familia, poliglota, y que desde su nacimiento en Kuwait mostró gran inteligencia.
Ahí se convirtió en miembro de los Hermanos Musulmanes.
Después pasó un tiempo en Qatar, antes de volver a Pakistán con la mirada encima de las autoridades estadounidenses que lo relacionaban con el primer atentado a las Torres Gemelas en 1993.
Años después le presentó un plan a Osama Bin Laden –creador de la organización terrorista Al Qaeda– denominado “Operación Aviones”.
Aunque en un principio encontró resistencia por parte del propio Bin Laden, al final lo terminó convenciendo.
Consistía en secuestrar 10 aviones teniendo como objetivos el Capitolio, el World Trade Center, la Casa Blanca y el Pentágono.
Era justo el golpe que quería dar el líder de Al Qaeda.
Fueron años los que pasó Mohammed planeándolo con una inversión cercana a los $500,000.
Al final la “Operación Aviones” dejó un saldo de 2,996 muertos, incluidos 19 terroristas, y más de seis mil heridos en la mañana de ese 11 de septiembre de 2001.
Poco más de dos años después, en marzo de 2003, Jalid Sheij Mohamed fue capturado en Rawalpindi (Pakistán), dentro de una operación conjunta de la CIA y los servicios de Inteligencia paquistaníes.
En los interrogatorios, Mohammed descartó que su animadversión haya nacido durante su periodo como estudiante en Carolina del Norte.
Aseguró que el rechazo se debe a la política exterior de la Casa Blanca y favorecer a Israel en su conflicto con Palestina y el entorno árabe.
Tras múltiples estancias en prisiones secretas, donde diversos reportes hablan de torturas extremas, se ha mantenido firme y con una actitud desafiante.
En 2006 fue trasladado a Guantánamo, Cuba, donde permanece a día de hoy con 56 años a la espera de su sentencia final.
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