Este sábado 10 de octubre del 2020, fue beatificado por el Papa Francisco, Carlos Acutis, un joven italo-inglés que murió hace 14 años.
Carlos Acutis nació en Londres en 1991, Inglaterra, país al que sus padres se vieron obligados a mudarse por motivos laborales, pero creció en Milán.
El nuevo beato de la iglesia católica murió a la edad de 15 años de leucemia el 12 de octubre de 2006 en la ciudad de Asís, provincia de Perugia, Italia.
Carlos era reconocido en su comunidad religiosa por utilizar las nuevas tecnologías como el internet y redes sociales para difundir la práctica de la religión católica, según el portal Vatican News.
Se trata de una de las beatificaciones más rápidas que se han aprobado, ya que sólo han pasado 14 años de la muerte del chico.
El "beato millenial"
Gracias al año de su nacimiento, Acutis fue nativo digital y es considerado el primer beato millenial que demostró a la iglesia la importancia de la tecnología en la actualidad.
"Supo utilizar las nuevas técnicas de comunicación para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza", explicó el Papa Francisco.
Acuitis fue un ejemplo para los jóvenes, explicó el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Becciu.
"Era catequista, logró transmitir la fe a los niños, no sólo en la forma clásica de las reuniones, sino que también explotó los medios telemáticos", aseguró el cardenal.
"Creó un proyecto informático sobre los temas de la fe, tenía un sitio sobre los milagros eucarísticos. Así que este jovencito vivió su fe al máximo", agregó Becciu.
El milagro de Carlos Acutis
La Iglesia Católica considera que en 2013, Acutis salvó a un niño brasileño de tres años que tenía una extraña anormalidad anatómica congénita en el páncreas después de pedirle que interviniera en el caso.
El pequeño nació con el el páncreas casi dividido en dos, por lo que necesitaba una riesgosa intervención quirúrgica. La operación nunca se hizo, debido a que el niño se curó después de que un sacerdote realizó una oración en presencia de un trozo de pijama que perteneció a Carlos.
Tras la curación del niño, la Iglesia lo declaró venerable el 5 de julio de 2018.
Otra razón que sorprendió a los creyentes fue el estado de conservación de su cuerpo, el cual fue exhumado en 2019 y se encontró en perfecto estado, "íntegro", pero dentro de los parámetros "de transformación propios de la condición post mortem", explicó el obispo Domenico Sorrentino.