Los habitantes de Brasil comenzaron a presionar para que el gobierno tome medidas serias respecto a una vacuna y calendario de aplicación contra el COVID-19.
A pesar de que este país es líder regional en ciencia, tecnología y medicina, se está quedando detrás de sus vecinos en la carrera global por la inmunización contra una pandemia.
Brasil parece estar a al menos tres o cuatro semanas de lanzar cualquier campaña formal de inmunización contra el COVID-19. En cambio, Argentina, Chile, México, Costa Rica y otros países de la región ya han empezado a vacunar a sus ciudadanos.
Aun así, la pandemia ya cobró la vida de cerca de 200,000 de habitantes en Brasil. Mientras, el número de nuevos casos de coronavirus en el país batió otro récord en diciembre, con más de 70,000 contagios a mediados de mes.
En Brasil Bolsonaro se burla de vacuna COVID-19
Una de las razones por las que el gobierno brasileño no ha autorizado ninguna vacuna, se debe a su gobernante Jair Bolsonaro. El mandatario desacreditó las vacunas aunque su gobierno esté negociando para obtenerlas. Dijo que no tiene pensado vacunarse y bromeó con que los efectos secundarios podrían convertir a la gente en cocodrilos o mujeres barbudas.
Este tipo de declaraciones ha dejado “muy dañada” la imagen de Brasil en el extranjero, apuntó a The Associated Press Margareth Dalcolmo, profesora de medicina respiratoria en la Fundación Oswaldo Cruz, también conocida como Fiocruz y que está financiada por el estado.
“Nadie dice que Bolsonaro crea realmente esto, pero está desacreditando la vacuna", señaló Walter Cintra, profesor de gestión sanitaria en la Universidad de la Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo. “Cuando el gobierno se comporta así, pierde credibilidad. Y estos son contratos de millones de dólares".
El escepticismo de Bolsonaro provoca que el país se aleje de las estrategias hasta de comprar jeringas y agujas para la campaña de inmunización que todavía no tiene no tenía fecha de inicio definitiva. “Existe un riesgo real de tener una vacuna pero que no haya agujas y jeringas suficientes", advirtió Carlos Eduardo Lula, presidente de un consejo de secretarios de Salud estatales.
El presidente del Colegio de Abogados del país, Felipe Santa Cruz, dijo al diario Valor que más demoras en el programa de vacunación podrían llevar al colectivo a redactar una petición de juicio político contra Bolsonaro.
¿Qué vacunas tendría Brasil eventualmente?
Una de las primeras vacunas en el horizonte parece ser una desarrollada por la empresa china Sinovac. El gobierno del estado más grande del país, Sao Paulo, tiene contrato para su distribución y producción. El gobernador anunció planes para empezar a administrar la vacuna el 25 de enero si las autoridades federales la aprueban.
Bolsonaro se burló de la vacuna china afirmando que su origen no inspiraba confianza. Sin embargo, otros estados mostraron rápidamente interés en adquirirla.
Otra aspirante a una pronta distribución nacional sería la desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Podría estar disponible a principios de febrero una vez que los reguladores le den luz verde, según el laboratorio estatal Fiocruz, que la produce en Brasil. Fiocruz dijo que espera tener 100 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 para finales de julio.
El gobierno espera recibir también 42 millones de dosis de la alianza global de vacunas COVAX, algo para lo que no hay fecha, y firmó un acuerdo con Janssen, subsidiaria de Johnson & Johnson, para 38 millones de dosis de una vacuna de inyección única cuando esté disponible.
Respecto a la vacuna de Pfizer hay tensiones que aparentemente se redujeron. En una reunión entre los reguladores y Pfizer el 30 de diciembre, las autoridades dijeron que simplificarían los protocolos y la farmacéutica señaló que consideraría solicitar aprobación para un uso de emergencia.
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