Darwin Bueso Galdamez y Ana Ruiz Rivera, son estudiantes que emigraron a Estados Unidos con la esperanza de un futuro mejor. A pesar de las restricciones legales y económicas, estos jóvenes han trabajo incansablemente para alcanzar sus sueños. Hoy, son los fundadores de AD Tech Studio LLC, una empresa tecnológica, como testimonio de su ardo trabajo y perseverancia juntos.
“Hemos tenido el inmenso apoyo de nuestras familias y eso nos impulsa a seguir luchando por nuestros sueños. Juntos queremos hacer una diferencia en nuestra comunidad y familia”, dicen Darwin y Ana en una entrevista para La Noticia.
¿Quiénes son Darwin y Ana?
Darwin Bueso Galdamez es el tercero de cuatro hermanos, originario de Atlántida, Honduras. Emigró a Estados Unidos a la edad de 12 años, siguiendo a su padre, quien fue el primero en emigrar. Darwin y su madre llegaron después, dejando a sus dos hermanos mayores en Honduras, lo que fue una separación difícil para la familia. La adaptación al nuevo país fue bastante complicada debido a las barreras del idioma y las diferencias culturales.
“Mi familia ha sido mi más grande apoyo, siempre hemos sido muy unidos, así que la separación fue bastante difícil, pero nos hizo más fuertes como familia. Y ahora que ya estamos todos juntos, queremos seguir luchando por nuestro sueño de salir adelante”, comenta Darwin.
Ana Ruiz Rivera es la hija del medio de siete hermanos, originaria de Ahuachapan, El Salvador. Llegó a Estados Unidos a la edad de 12 años. Su madre emigró primero, sin poder traer a sus hijos, lo que fue una experiencia dolorosa para Ana y sus hermanos. Sin embargo, el sacrificio de su madre para asegurar un mejor futuro para ellos ha sido una fuente constante de inspiración.
“Yo considero a mi madre mi más grande inspiración, porque siempre nos ha enseñado a trabajar honestamente y a no dejar que nadie nos menosprecie. Siempre me ha impulsado a luchar por mis metas y nunca darme por vencida. Y hoy he podido lograr mucho por sus grandes consejos”, dice Ana.
Crecieron en países diferentes, pero con historias similares
Darwin recuerda que siempre había niños que se burlaban de él. La ausencia de una figura paterna fue particularmente difícil para Darwin. Aunque necesitaba a su padre, entendía el gran sacrificio que su papá estaba haciendo por la familia al estar en Estados Unidos.
“Siempre tenía miedo al hacer nuevas cosas. La gente siempre me veía como si no fuera capaz de hacer muchas cosas, y esto para mí fue extremadamente doloroso. Ahora que soy más grande, he tenido que enfrentar muchos miedos que antes no pensé que lo podía enfrentar”, dice Darwin.
Para Ana su niñez no fue nada fácil debido a la ausencia de su madre. A pesar de esto, siempre tuvo el apoyo de varias personas que la cuidaron de diferentes maneras, velando por su bienestar. Lo cual Ana está muy agradecía y toma con gran orgullo el saber que tiene gente que realmente le importa.
“Desde pequeña tuve que aprender a trabajar por mis sueños, lo cual ahora lo veo como una gran bendición”, dice Ana.
Superando enormes desafíos
La barrera del inglés fue el primer obstáculo que se enfrentaron en Estados Unidos, después no pudieron obtener un permiso de trabajo o una licencia de conducir. Esto les bajo un gran estrés, porque ellos querían seguir estudiando, pero no tenían los medios para hacerlo.
“Mi sueño era poder ir a la universidad, pero cuando vi el costo de la colegiatura, mi corazón se rompió. En ese momento, sentí que todos mis sueños se venían abajo, pero no pude dejar que eso me venciera, así que empecé a buscar otras opciones para pagar mis estudios”, comenta Darwin.
Siendo estudiantes, no tuvieron acceso a ayudar financiera como FASFA (una solicitud de ayuda federal para estudiantes), ni la opción de solicitar becas relacionadas, además, debían pagar tres veces más en colegiatura por ser considerado estudiante fuera del estado.
La determinación de ambos los llevó a solicitar la beca Golden Door (una beca que permite a los estudiantes indocumentados, con DACA, o TPS, a seguir estudiando), lo cual los dos la recibieron. Su vida dio un giro por completo.
Crearon su propia empresa tecnológica
El amor por la tecnología ha llevado a Darwin y Ana a estudiar ciencias de computación, con el objetivo de hacer una diferencia en la comunidad latina. Ana estudia en la universidad privada Meredith College y Darwin en Western Carolina University. Ambos tienen grandes sueños de convertirse en ingenieros de software y ver cómo pueden integrar la tecnología en la vida de la comunidad latina.
“Sabemos de dónde somos y hemos visto como muchos latinos no sabe cómo usar la tecnología, y es bastante triste. Así que nuestra meta es poder hacer una diferencia y ayudarlos”, cometan Ana y Darwin.
Su amistad ha permitido que se apoyen mutuamente en todos los aspectos, tanto en los estudios como en el soporte moral. Los dos fundaron en Charlotte su propia empresa tecnológica llamada AD Tech Studio LLC en junio del 2023.
“He tenido que vencer muchos de mis miedos y esto se lo debo a mis padres y a Ana, que siempre me han impulsado a luchar contra todos los pensamientos negativos”, comenta Darwin.
AD Tech Studio LLC se enfoca en darle una presencia en línea a pequeños negocios, mediante la creación páginas web y otras soluciones tecnológicas.
Inspirando a la comunidad latina a no rendirse
Estos jóvenes están listos para graduarse a finales de este año y continuar su misión de impactar positivamente a la comunidad.
“Nunca dejen de soñar en grande y nunca dejen de trabajar duro para alcanzar sus metas. No permitamos que los desafíos nos definan; usemos cada obstáculo como un peldaño hacia nuestros sueños. Y que como comunidad debemos mantenernos unidos, juntos podemos romper cualquier barrera”, finaliza Darwin.
Ana desea motivar a emprendedores latinos a persistir en sus estudios y trabajar con dedicación para alcanzar sus sueños.
“Ser inmigrante no debe ser visto como un obstáculo, sino como una fuente de fortaleza. Mi mensaje para la comunidad latina es que siempre trabajen por sus sueños y nunca escuchen a la gente negativa. Si alguna vez dudan de ustedes, usen esa duda como combustible para demostrar que pueden lograr lo que se propongan. No hay límites para lo que podemos lograr cuando nos mantenemos enfocados y determinados”, finaliza Ana.