La economía, al igual que una buena receta de cocina, requiere de los ingredientes adecuados en las proporciones justas para lograr el resultado deseado. Para comprender cómo funciona y qué impulsa su crecimiento, es necesario analizar los factores que determinan el Producto Interno Bruto (PIB) de un país. Estos elementos, desde el capital físico hasta la mano de obra y las innovaciones tecnológicas, interactúan de diversas maneras dependiendo del horizonte temporal.
Analicemos cómo estos ingredientes contribuyen al crecimiento económico, tanto en el corto como en el largo plazo, y el papel crucial que desempeña el manejo del dinero en este proceso.
Cuando un chef decide hacer un pastel, sigue una receta que combina diversos ingredientes para obtener un resultado específico. En economía, algo similar ocurre cuando buscamos entender el funcionamiento de la economía y cómo se genera el Producto Interno Bruto (PIB) de un país.
Las “recetas” económicas sugieren que el PIB se determina fundamentalmente por dos ingredientes clave: el capital físico y la mano de obra.
Al igual que en la repostería, la cantidad y combinación de estos ingredientes varían y dan como resultado diferentes dimensiones de producción. Las diferencias sustanciales en el PIB de cada país se explican, precisamente, por las cantidades y combinaciones de estos factores. Además, los cambios anuales en el PIB dependen de cómo crecen estos elementos.
Dado que es difícil incrementar significativamente el stock de maquinaria, infraestructura o mano de obra de un año a otro, el análisis del crecimiento económico basado en estos factores se enfoca en el mediano y largo plazo. Así, los aumentos en el capital físico (máquinas, edificios, infraestructura) y en la fuerza laboral son los motores del crecimiento en estos horizontes temporales.
Factores del crecimiento en el corto plazo
Aunque las economías también crecen en el corto plazo, los factores que impulsan este crecimiento son distintos. En este caso, el mercado de dinero tiene un rol central. Por ejemplo, las recientes alarmas sobre una posible contracción económica en Estados Unidos estuvieron vinculadas con el aumento de tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Esto refuerza la idea de que el desempeño económico a corto plazo está estrechamente ligado al manejo del dinero.
Conceptualmente, cuando aumenta la oferta de dinero, las tasas de interés tienden a disminuir. Esto estimula la inversión privada y el consumo de los hogares, incrementando la demanda agregada. Como resultado, las industrias aumentan su producción, emplean más maquinaria y contratan más trabajadores.
Otra perspectiva, aunque menos común, es analizar el crecimiento económico desde la demanda de dinero. Los hogares suelen mantener un patrón estable en sus gastos, pero ciertos eventos pueden alterar temporal o permanentemente la frecuencia con que realizan transacciones. Si la velocidad del dinero (la rapidez con la que circula) aumenta, esto puede impulsar el crecimiento económico, aunque este no es un factor típico del corto plazo.
Dos perspectivas temporales del crecimiento
En síntesis, el crecimiento económico puede analizarse en dos dimensiones temporales:
• Corto plazo: Depende principalmente de la oferta de dinero.
• Mediano y largo plazo: Influenciado por el capital físico, la mano de obra y, ocasionalmente, la velocidad del dinero.
Esto implica que las discusiones sobre el crecimiento coyuntural a corto plazo deben centrarse en el papel de la banca central y privada, específicamente en su capacidad para crear dinero.
Innovación tecnológica y crecimiento
Un tema recurrente en el ámbito empresarial es el impacto de la transformación digital y los procesos productivos sostenibles en el crecimiento económico. Estas son innovaciones tecnológicas que, por su naturaleza, generan efectos graduales, más comparables a un goteo constante que a un impacto inmediato.
Por tanto, aunque estas innovaciones pueden influir en el crecimiento económico, su efecto se manifiesta en el mediano y largo plazo. No es adecuado atribuir el crecimiento de un año a otro a los avances tecnológicos, pero en el análisis de las tendencias a largo plazo, su impacto podría existir.
Sin embargo, aún es pronto para determinar con certeza la magnitud de la relación entre el crecimiento económico en el mediano y largo plazo con la transformación digital y/o la implementación de procesos productivos sostenibles. Este análisis requiere mayor profundidad y tiempo para comprender su verdadera influencia, en caso de existirla.