Al menos la mitad de las empresas en Estados Unidos -incluso las que están inscritas en las bolsas de valores- son negocios familiares, según datos de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard.
Estos negocios no solo son “la columna vertebral de la economía de Estados Unidos, sino que tienden a tener mejor desempeño que las empresas no familiares durante las crisis económicas”, dice Pramodita Sharma, profesora de la escuela de negocios de la Universidad de Vermont y experta en los negocios familiares.
Pero, ¿qué pasa cuando los fundadores deciden jubilarse y trasladar el mando a una nueva generación? Para muchas empresas familiares este momento representa uno de los procesos más complejos y que genera más desafíos.
Una transición exitosa
Una vez que se logre con éxito la transferencia del negocio, aquí tiene tres consejos más para que todo continúe por buen camino. Evite lo siguiente:
1. No respetar la jerarquía familiar
Cada familia tiene un orden jerárquico, y no respetar este orden dentro de la empresa causará fricción. Si alguien siente que no lo están respetando o escuchando, la situación terminará en resentimiento y conflicto. Cierto nivel de respeto mutuo y un sentimiento de colaboración son esenciales. Aprovechar las fortalezas individuales de cada persona, incluso las capacidades empresariales, debe ser siempre una prioridad para el bien de la empresa.
2. No tener suficiente flexibilidad
Los miembros de la familia, en particular los más jóvenes, necesitan la libertad de experimentar con sus propios proyectos, incluso si otros familiares no están necesariamente de acuerdo. Si el proyecto fracasa, será una experiencia de aprendizaje que esa persona recordará por mucho tiempo. Si el proyecto es un éxito, será una gran ganancia tanto para el individuo como para toda la empresa.
3. No celebrar las victorias
Tener una empresa con su familia es una bendición. No olvide tomarse el tiempo para celebrar las victorias, además de aprender de las derrotas. Esto es vital para mantener la moral y un sentimiento general positivo hacia la empresa. Cada vez que se alcance un objetivo o meta, se debe tomar el tiempo para reconocer y celebrar ese logro antes de pasar al siguiente. Una empresa familiar que celebra y se apoya mutuamente crea una cultura que fomenta la dedicación y el éxito.
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