Jatasia Williams se prepara para caminar hacia el encuentro de su futuro esposo Andre Alexander, quien la esperaba entre filas de sillas debidamente distanciadas en el jardín del Austin T. Finch House, en Thomasville.
Era un sábado frío de diciembre y estaba emocionada por comenzar su vida como esposa. Sin embargo, a medida que caminaba hacia el altar no podía ignorar lo diferente que era su boda en comparación con lo que siempre había soñado.
Escucha esta noticia
La pareja había planeado casarse el 6 de junio del 2020 frente a 200 invitados. Pero por la pandemia del coronavirus, cambiaron la fecha para mayo del 2021. No obstante, la incertidumbre de la pandemia los llevó a tomar la decisión de tener solamente una pequeña ceremonia el 19 de diciembre, manteniendo los planes de llevar a cabo una gran celebración en mayo.
La nueva fecha trajo una boda completamente diferente. Las mesas y servicio de comidas para 200 invitados rápidamente disminuyó a 20 asientos sin comida.
“Literalmente caminé hacia el altar, dijimos ‘acepto,’ nos tomamos una foto y manteniendo la distancia social le agradecimos a nuestros invitados,” explicó Williams-Alexander. “Obviamente me sentía feliz por haberme casado, pero sí hubo cosas que no pude hacer. Me perdí ciertas tradiciones.”
La pandemia ha forzado a muchas parejas a retrasar sus matrimonios. Un reporte del Wedding Report muestra que el 42 % de las bodas en el 2020 cambiaron de fecha. El promedio del costo de las bodas bajó un 21 % el año pasado, la mayoría de las bodas costaron $20,000.
La fundadora del National Society for Black Wedding and Event Professionals, Tara Melvin, dice que para su miembros, el costo por invitado es de $600 a $650, para la mayoría de matrimonios con un promedio de 150 invitados. Pero la pandemia ha reducido este número drásticamente. El tamaño de las bodas ahora es de 10 a 25 personas.
Dice que numerosas parejas han cambiado la fecha de sus bodas. Muchos tuvieron ceremonias pequeñas sin necesidad de contar con un organizador de eventos. Melvin dice que una alta cantidad de proveedores perdió entre el 80 % y el 90 % de sus ingresos en el 2020.
“Dependemos de estos eventos y con las restricciones las ceremonias son diferentes, y las mismas varían según el estado o incluso el condado. Hay un porcentaje muy pequeño de eventos,” explicó Melvin.
Melvin dice que muchos negocios pertenecientes a minorías aplicaron al Programa de Protección de Pago (PPP) durante la primera ronda de préstamos, pero casi todos fueron rechazados o no recibieron respuesta. Reportes del PPP demuestran que de los $5.2 millones otorgados en la primera ronda de préstamos, pocos negocios propiedad de latinos o afroamericanos fueron beneficiados.
Para poder sobrevivir, Melvin dice que los proveedores están buscando nuevas maneras para generar ingresos.
“Se trata de ser dinámicos y poder usar sus habilidades y talentos para ganar dinero'', dijo.
Una florista de Charlotte se adapta a la pandemia
Giovy Buyers esperaba tener un 2020 lleno de trabajo. Iba a ser una de las floristas de la Convención Nacional Republicana y tenía más de 20 matrimonios programados, además de las ventas diarias en su floristería, Southern Blossom en la zona Dilworth de Charlotte.
Pero la pandemia del coronavirus detuvo todos esos planes.
Buyers se vio obligada a cerrar su tienda y despedir a sus cinco empleados. Por un tiempo, ni siquiera pudo recibir envíos de flores del extranjero ya que las fronteras permanecían cerradas.
“Tenía muchos nervios. No sabía qué iba a suceder,” Buyers explicó. “Tenía miedo por mis empleados. No sabía qué les iba a pasar a ellos. No sabía qué le iba a pasar a mi negocio y al mundo entero.”
Y la situación no se alivió cuando las novias empezaron a llamarla para reprogramar sus bodas.
“Es muy doloroso. Algunas de mis novias estaban a punto de llorar cuando me llamaban,” comentó Buyers. “Me decían ‘Mi abuela no puede estar conmigo en ese día tan especial. Yo siempre soñaba con tenerla en mi boda. La llevo planeando tanto tiempo, y ahora no puede estar con nosotros.”
Buyers dice que las parejas normalmente programan consultas con ella un año antes del matrimonio y pagan un depósito no reembolsable del 10 %. La mayoría de sus novias gastan entre $2,000 y $5,000 en flores.
Tenía 22 bodas planeadas en el 2020 y esperaba obtener $34,000. Solo seis de esos matrimonios sucedieron. Sin embargo, con la reducción del tamaño de esas bodas, Buyers solo obtuvo $6,000 por este concepto en 2020.
“Es frustrante,” comentó Buyers. “Es muy frustrante porque una cosa que me encanta a mí, que es difícil hacer en este negocio, es tenerlo todo organizado y saber qué esperar.”
Buyers dice que los eventos corporativos y las bodas constituyen el 70% de los ingresos de Southern Blossom. Por ende, a medida que sus clientes empezaron a posponer sus bodas, y las organizaciones cancelaron los eventos en personas, Buyers tuvo que empezar a pensar en maneras creativas para mantener el negocio rentable.
“Estaba buscando una solución. Yo no soy de esas personas que se sienta y espera a que los demás le den la solución,” Buyers dijo. “Yo siempre busco la solución. ¿Cuáles son las opciones?”
Buyers obtuvo un subsidio de $10,000 del programa Charlotte Access to Capital para negocios pequeños. Dice que este dinero la ayudó a pagar el arriendo de su negocio y a volver a contratar a sus empleados.
El Día de las Madres y Navidad fueron particularmente importantes para Southern Blossom. Buyers. Instaló una mesa en su garaje y le vendió flores a sus vecinos. Dice que las fiestas del 2020 fueron las más exitosas en los 12 años de su negocio. Esos ingresos la ayudaron a equilibrar la pérdida de las bodas. Espera que el Día de San Valentín este año sea igual.
Con respecto al resto del 2021, Buyers dice que ha recibido más solicitudes de matrimonios que antes. Menciona que los proveedores de la industria de los matrimonios están trabajando en conjunto para promover sus servicios.
“Nos estamos volviendo más creativos y estamos dejando de vernos como competencia. Más bien estamos colaborando y ayudándonos los unos a los otros,” dijo Buyers.
Buyers señala que el haber encontrado maneras creativas para sobrevivir la pandemia del coronavirus le da confianza para el futuro de Southern Blossom.
Poco alivio para los organizadores de matrimonios en el 2021
Para muchos organizadores de bodas, el 2021 no está trayendo el alivio que esperaban. El 2021 está más ocupado para Elana Walker pero no va a traer muchos más ingresos.
A Walker, quien es dueña de Elana Walker Events en Raleigh, le pagaron el año pasado por planear todos los matrimonios que se retrasaron por la pandemia.
“Idealmente hubiese querido tener 15 matrimonios este año. En este momento es posible que tenga 40 porque tuve que cambiar la fecha de tantos,” dijo Walker. “La cantidad de reservas para bodas nuevas ha disminuido, y además los clientes están cambiando las fechas de sus bodas por lo que no puedo programar matrimonios nuevos en esos días. Por eso estoy perdiendo mucho dinero.”
Y también tiene que viajar. Por ejemplo, en los próximos meses tiene bodas en California, Tennessee y Charlotte.
En promedio, Walker dice que sus clientes gastan entre $75,000 y $100,000 por sus bodas. En el 2020, por cancelaciones, bajó de 30 bodas a cuatro.
Walker lleva 10 años trabajando en la industria de los matrimonios. Normalmente, apoya a las novias. Pero en el 2020, se hizo difícil brindar ese apoyo.
“Es como si se hubiese muerto un sueño'', dijo Walker. “Han soñado cómo sería su boda desde pequeñas, y el tener que vivir ese día con menos invitados, con invitados usando mascarillas y sin poder tener esa fiesta enorme que deseaban, es completamente diferente.”
Eso fue lo que sintió Williams-Alexander al celebrar su boda durante la pandemia. Sin embargo, la fecha que eligió para casarse, el 19 de diciembre, tenía un significado emotivo para ambos. Era el quinto aniversario del día en que se conocieron por Tinder. Todavía mantienen la esperanza de celebrar una ceremonia tradicional en mayo.
Puedes leer la nota en inglés: The Business Of Love: The Wedding Industry's Losses Amidst The COVID-19 Pandemic
Este artículo es parte de una serie colaborativa que examina el impacto económico del COVID-19 en las comunidades afroamericanas y latinas. La serie se produce a través de una colaboración entre WFAE, Charlotte Ledger, QCity Metro, y La Noticia. Cuenta con el apoyo de fondos de Facebook, el Fondo del Laboratorio de Noticias Locales de Carolina del Norte (NC Local News Lab Fund), Google, y los miembros de WFAE.