En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 vimos a una niña de 14 años llamada Quan Hongchan, una pequeña atleta que dio la mayor cátedra de clavados en la plataforma de 10 metros en la historia de la justa deportiva así es, la mayor cátedra.
Una cátedra rayando en la perfección, la actuación de Quan Hongchan
Nunca antes se había visto que un clavadista tuviera tres calificaciones perfectas en tres clavados de una final, era algo inusual y las delegaciones rivales aplaudieron la muestra que dio Hongchan en el Centro Acuático de Tokio.
La clase maestra de clavados de Hongchan se vio reflejado en el tablero al tener más de 90 puntos de ventaja sobre el bronce, el cual quedó colgado del cuello de la australiana Melissa Wu y que a pesar de su esfuerzo, nunca pudo competir por un puesto más alto de esa medalla.
Chen Xuxi de China se llevó la plata y estuvo también impresionante al sumar algunos dieces en sus rutinas de clavados, pero su compatriota había hecho algo espectacular.
Cao Yuan sólo tuvo un rival, su compatriota Yan Jian
En los hombres, Cao Yuan y Yang Jian también se llevaron el oro y la plata, sólo dos décimas de punto los separaron uno del otro en el podio y con esto China se llevó siete de los ocho eventos de clavados que hubo en Tokio 2020, un dominio espectacular.
Pero esto no es casualidad, en los últimos cinco años desde los Juegos Olímpicos de Rïo 2016, los chinos prácticamente no han perdido ninguna prueba de clavados en la que hayan participado.
China revela su secreto para ser la máxima potencia en clavados en Juegos Olímpicos
El secreto del éxito de China en clavados y otras disciplinas como halterofilia, clavados e incluso en remo, se debe al uso de la tecnología y en la implementación de datos sobre el desempeño de sus atletas.
En China se utilizan programas especiales para analizar cada clavado de sus atletas, los cuales son analizados a través de diagramas en 3D e Inteligencia artificial para detectar los errores o fallas.
Una vez que obtienen los resultados, comienzan a corregir las fallas y dan su opinión a los entrenadores para ver cómo se pueden hacerlo mejor durante el entrenamiento.
Este sistema de detección en China les ha permitido ser el país que domina una disciplina que otorga ocho medallas olímpicas de oro cada cuatro años, casi todas son de ellos.