Translate with AI to

Desde pequeño, Axel Morales Nolasco soñaba con ser dueño de un restaurante. Su pasión por la cocina mexicana nació gracias a su madre, quien también había aprendido a cocinar de su abuela. Al emigrar junto a su familia a Charlotte, pensó que su talento quedaría en pausa. Sin embargo, superar su temor a hablar inglés lo impulsó a hacer una pregunta clave a sus maestros: ¿Qué más hay para mí? Fue así como descubrió varios concursos culinarios estatales, en los que no solo participó, sino que además se alzó con el primer lugar.

YouTube player

La cocina es una herencia familiar de Veracruz

Originario de Xalapa, Veracruz, Axel era aún un niño cuando su madre, Guadalupe Nolasco, le enseñó que la comida podía ser una forma de expresar amor a la familia. Después él mismo hizo sus primeros platillos para aliviar esta preocupación en casa y que su madre pudiera salir a estudiar o trabajar.

Mi mamá estaba estudiando para tener una carrera. Antes de irse, dejaba la comida lista y mis hermanos y yo nos servíamos. Yo iba viendo cómo ella cocinaba y hacía las cosas. Luego le dije que ya podía hacerlo y me explicó cómo cocinar otras cosas. Lo primero que aprendí fue a hacer enchiladas verdes, que es uno de mis platillos favoritos. Luego, con el tiempo, ella abrió un negocio de comida y mis hermanos, uno mayor y otro menor que yo, le ayudamos a hacer comida y repartirla a los clientes”, dijo Axel a La Noticia.

La cocina es un oficio que viene de varias generaciones. Elvia, la abuela de Axel, también tenía un restaurante en la ciudad de Huatusco, en donde vendía comida veracruzana. Y aunque en principio era un simple espectador, con el tiempo fue tomando el control, aprendió a cocinar y a navegar en la cocina.

Su padre, Pedro Bernardo, ya llevaba varios años viviendo en Carolina del Norte, y en el 2020 decidió que era el momento de traer a su familia para comenzar una nueva etapa juntos.

Cuando llegó a Charlotte, solo sabía decir ‘hello’ en inglés

Axel no hablaba inglés y comenzó directamente con clases regulares, es decir, en inglés, en Garinger High School del Sistema Escolar de Charlotte-Mecklenburg. Se le asignó un compañero que actuaba como traductor y lo ayudó a comprender las lecciones mientras él se adaptaba al nuevo entorno.

Solo sabía decir ‘hello’ y me metieron directamente en clases que eran en inglés y me asignaron a un amigo que era como un traductor. Pero sentí que lo estaba molestando mucho, así que fui aprendiendo, lo fui entendiendo, pero siempre sentía vergüenza de hablar inglés, por mi pronunciación. Hasta hace un año (2024) fue que sentí que sabía lo suficiente”, comentó.

Su adaptación al nuevo país no fue solo en lo lingüístico, sino también en comenzar a apoyarse unos a otros como familia para llevar el sustento a la casa

Al poco tiempo mi mamá empezó con su negocio a vender comida a los trabajadores de roofing (techos) en construcción y expandió su menú. Me interesó aprender a cocinar más y empecé viendo muchos videos de cocina pensando que algún día yo voy a tener un restaurante. Yo la ayudo a ella sin esperar nada a cambio, pero como necesita un trabajo, comencé a trabajar con mi papá en reparación de autos chocados. Así aprendí muchas cosas”, añadió.

En 4 años obtiene tres victorias en concursos culinarios

A pesar de tener una agenda muy apretada, Axel deseaba mostrar su talento y aprovechar cada oportunidad para seguir aprendiendo. Fue así como decidió acercarse a su maestra, Ms. Jackson, y tras vencer su temor de hablar inglés, le preguntó: ‘¿Qué más hay para mí?’

Ella me preguntó ‘¿Qué quieres hacer cuando seas grande?’, y le expliqué que mi sueño es abrir un restaurante en algún momento y ser chef. Me habló sobre el programa de cocina y me inscribí en mi primer año”, recordó.

Escuchó sobre la competencia NC ProStart, un programa orientado en estudiantes de secundaria que buscan demostrar su gestión de restaurantes y en las artes culinarias.  

Ese año no ganamos, pero agarré mucha experiencia y el año siguiente (2023) competí en la FCCLA y ganamos el tercer lugar en Presentación Profesional”, dijo.

La organización Líderes Familiares, Profesionales y Comunitarios de América (FCCLA) realizan una competencia culinaria estatal todos los años. Además de este concurso grupal de Presentación Profesional, realizan uno individual de Artes Culinarias. 

Cuando me enteré de este concurso, me empezaron a explicar sobre el menú y lo que había que preparar. Yo practicaba y me iba de la escuela a las 5:30 p.m. y hasta las 6:30 p.m. para practicar… Ese día, cuando entré, empecé a temblar y tenía frío, porque había mucha gente concursando. Entonces esperé a que anunciaran a los participantes. Me calmé y cuando empecé puse toda la concentración en lo que hacía porque me gusta”, indicó.

Tres victorias en la cocina

Axel recuerda cómo sintió que todas las horas de prácticas estaban dando frutos. Se acordó de las técnicas que perfeccionó en el salón de clases y se sintió como pez en el agua.

Recuerdo que llegó el conteo del último minuto. Entonces me puse a emplatar y cuando vi que quedaban 10 segundos, no pude colocar el toque de cebolla morada. Vi los otros platos y pensé ‘no creo poder ganar’… Cuando anunciaron el nombre de mi escuela y mi nombre, yo estaba nervioso, pero bajé a recibir la medalla, vi una de bronce y me la iba a poner, pero me dijeron que la mía era la de plata. Fui el único que tenía una medalla de plata”, dijo Axel con una sonrisa.

En marzo de este año, Axel obtuvo dos victorias en dos semanas. El primer lugar en la competencia individual de Artes Culinarias y el tercer lugar, junto a dos compañeras en Presentación Profesional.

Su sueño es ser chef y abrir un restaurante

Para Axel, el apoyo de sus seres queridos ha sido fundamental en su crecimiento. Desde su madre que le enseñó a cocinar, hasta sus amigos y familiares que creen en su talento:

Me dicen que si abro un restaurante van a ir a visitarme. Los clientes de mi mamá también dicen que les gusta mi comida y a mí me gusta ver a la gente feliz disfrutando lo que yo cocino”.

Actualmente, el reto más grande para perseguir ese sueño de ser chef son los costos de la educación. Como inmigrante, Axel sabe que las universidades en Estados Unidos son caras, por lo que ha comenzado a investigar programas accesibles y a optar por continuar trabajando en un taller que repara camiones para ahorrar.

He pensado en hacer las dos cosas. Trabajar y estudiar y luego enfocarme en la cocina. Es sorprendente cómo algo que no estaba en mis planes, puede cambiar todo. No estaba en planes esta competencia, ni ganarla. Pero lo logré”, cerró.

Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.