Una reciente investigación confirmó acusaciones relacionadas con abusos en el sistema de internados del gobierno de Estados Unidos. El informe reveló que cerca de 1,000 menores indígenas estadounidenses fallecieron debido a esos abusos.
La investigación, impulsada por la secretaria de Interior, Deb Haaland, puso en evidencia una historia de negligencia, maltrato y deshumanización que se extendió durante un siglo y medio. Los niños padecían de diversas atrocidades, mientras se los obligaba a asimilar por la fuerza una nueva cultura.
¿Cuántos menores de edad fueron víctimas en los internados?
Funcionarios del Departamento de Interior explicaron que al menos 973 menores indígenas estadounidenses murieron en internados gubernamentales entre 1819 y 1969. Estas instituciones, creadas para asimilar por la fuerza a los niños indígenas a la cultura dominante, fueron responsables de numerosos abusos, incluyendo maltratos físicos y psicológicos, y la supresión de las lenguas y culturas indígenas.
El número se estimó con el hallazgo de tumbas, tanto marcadas como no marcadas, en 65 de los más de 400 internados que operaron en el país durante más de 150 años. No obstante, las causas exactas de muerte varían e incluyen enfermedades y accidentes, además de los abusos.
A raíz de la investigación se exige una disculpa formal por parte del gobierno federal y la implementación de políticas de compensación y apoyo a las comunidades afectadas. También se hace un llamado a la educación y la revitalización de las lenguas y culturas indígenas para sanar las heridas del pasado.
¿Cómo operaban los internados en el pasado?
Los internados para indígenas estadounidenses fueron instituciones educativas establecidas con el propósito explícito de incorporar a los niños indígenas dentro la cultura blanca. Desde su creación en 1819 hasta la última institución cerrada en 1969, estos internados fueron una bandera en la política federal de asimilación. Los niños indígenas eran separados de sus familias y forzados a adoptar costumbres y lenguas europeas, mientras que sus identidades culturales eran reprimidas sistemáticamente.
Las prácticas en estos internados incluían cambios forzados de nombre, castigos severos por hablar lenguas indígenas y una rígida disciplina que a menudo se traducía en abusos físicos. Incluso, los menores eran obligados a realizar trabajos manuales, lo que contribuía a su explotación y a la degradación de sus condiciones de vida.
Estos hechos fueron revelados por víctimas es sesiones de escucha realizadas en los últimos años, y que dieron paso a una revisión más exhaustiva. Los exalumnos, que sufrieron maltratos físicos y psicológicos, compartieron su experiencia que se resume en castigos severos, confinamiento y la supresión brutal de su identidad cultural.
Llamado a la acción y recomendaciones
Dentro del informe se pide una disculpa formal por parte del gobierno federal. Haaland, quien es miembro de la tribu Laguna Pueblo y la primera secretaria del Gabinete para nativos estadounidenses, enfatiza en la necesidad de una disculpa que sea significativa y acompañada de políticas audaces.
En su momento, denuncias similares en Canadá obligaron al Papa a pedir perdón en nombre de la iglesia.
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Asimismo, se cree que se requieren inversiones federales en programas destinados a sanar las comunidades afectadas. Esto incluye financiamiento para la educación, prevención de violencia y revitalización de lenguas indígenas. La inversión debe ser proporcional al gasto histórico en los internados, que asciende a aproximadamente $23,000 millones ajustados a la inflación.