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Hace unos años, el Papa Francisco solicitó a las familias a desprenderse del celular y ponerse a mantener diálogos directos. Si bien el Papa reconoció que los medios de comunicación pueden favorecer al comunicación, particularmente entre quienes se hallan a distancia, también indicó que ellos pueden convertirse en un obstáculo en las relaciones familiares cuando promueven a aislarse y a saturar cualquier momento de silencio y de espera, olvidando que el silencio es parte integrante de la comunicación.

Es más que acertada la solicitud de Papa, particularmente teniendo en cuenta las tendencias del uso de los medios en la población actual. El uso de los medio tecnológicos de comunicación desde ya que proveen beneficios, sin embargo su uso indiscriminado reemplazando ampliamente a construir relaciones reales, es el tema en cuestión.

Texto Vs. en persona

Hace unos años la consultora Nielsen indicó que la población está expuesta al dominio de los medio sin precedentes históricos. Y la realidad es que esta tendencia llegó aquí para quedarse, y hasta me atrevo a decir que en un futuro cercano veremos la inserción de los medios de comunicación inclusive a más temprana edad, como también veremos un incremento de personas de la tercera generación más adaptados al uso de medio tecnológicos.

Asimismo otro estudio ha indicado que los adolescentes hablan menos por teléfono y que prefieren textear a hablar cara a cara.

Este estudio halló que un importante número de estudiantes universitarios preferían enviar textos inclusive estando en el mismo espacio, a dialogar directamente con la otra persona. Cuando se les preguntó el motivo, respondieron que lo hallaban más conveniente de esa manera, y que les generaba menos ansiedad que tener que hablar con la persona directamente.

Con esta realidad tendremos en el futuro jóvenes que se sentirán incómodos de interactuar directamente con otras personas dado al excesivo uso de la comunicación virtual.

Atados al teléfono

El incremento de uso de los medios no solo sucede entre los adolescentes sino también en la población adulta. Estamos demasiado ocupados atendiendo a las señales de los celulares que nos avisan que recibimos un nuevo mensaje, o un nuevo e-mail, o llamadas al punto que no dejamos espacio para relacionarnos con otros.

El uso indiscriminado de los medios pueden incluso causar efectos negativos en los matrimonios provocando conflictos e incluso separación. Si nos pasamos horas revisando estatus, o respondiendo mensajes corremos el riesgo de ignorar las necesidades de nuestras relaciones reales.

En suma, haciendo eco a lo enunciado por el Papa y extrapolando su sugerencia, es preciso que tengamos un sano equilibrio entre el uso de los medios de comunicación tecnológicos y la dedicación a forjar diálogos directos o reales entre no sólo entre familiares, sino entre vecinos, amigos y personas en la comunidad.

Psicoterapeuta bilingüe y Consultora Multicultural, MS, LPC, CRC, YT, IWLC. Asesora Certificada de Rehabilitación, Maestra e Instructora de Reiki, Instructora Certificada de Yoga, Coach de Vida. Fundadora...