La bancarrota es un proceso amparado por las leyes estadounidenses que puede activarse cuando las deudas de un individuo superan su capacidad de pago. Aunque la bancarrota ofrece la oportunidad de eliminar toda la deuda o una parte de ella, hay alternativas a este proceso.
La bancarrota a veces es desaconsejada por su perjudicial impacto en el historial crediticio (puntaje de crédito) de las personas.
"La información de una declaración de quiebra o bancarrota (tanto la fecha de presentación como la del descargo de sus deudas) permanece en sus registro de crédito por un período de 10 años",
informa la Comisión Federal de Comercio (FTC).
La FTC señala que las consecuencias de declararse en bancarrota implican obstáculos para conseguir vivienda o nuevos créditos, así como la obtención de empleos o seguros.
Además, El Departamento de Justicia indica que al tratarse de un proceso en tribunales, la bancarrota implica que toda la información del deudor sea pública, incluyendo a quién se le debe dinero y cuánto es.
Alternativas
La FTC considera las siguientes alternativas para las personas que consideran declararse en bancarrota.
Hablar con acreedores
Muchos acreedores están dispuestos a renegociar las deudas u ofrecer alternativas a los clientes que atraviesan dificultades. Por ende, hablar con ellos sería una opción antes de elegir la bancarrota.
Asesoría de crédito
Los servicios de asesoría de crédito planifican con sus clientes formas de desarrollar esquemas de pagos de deuda que eviten la necesidad de declararse en bancarrota.
Crédito
Otra alternativa es considerar con mucho cuidado tener una segunda hipoteca o una línea de crédito "el valor neto de su amortización hipotecaria".
"Si bien estos préstamos pueden permitirle la consolidación de su deuda también requieren que someta su casa como colateral",
señala la FTC.
Igualmente, es esencial saber que no todas las deudas pueden ser perdonadas mediante una bancarrota.