Llevar control de tus finanzas personales es crucial para la paz mental de todo hogar, pero no es siempre tan sencillo cuando no se sabe por dónde empezar. Decidir recortar gastos es una primera opción, pero se necesita paciencia y la voluntad de hacer ciertos cambios en cómo vemos nuestras finanzas:
Monitorear tus gastos y egresos. Esto te ayudará a ver dónde puedes recortar gastos y a dónde se está yendo tu dinero, ya sea en comida, suscripciones, transporte, etc. Hay una variedad de herramientas que pueden ayudarte a llevar un control y hacer un análisis de tus gastos e ingresos, como: Quicken, Mint, o Personal Capital.
No hacer compras impulsivas. Puede que lleves perfecto control de tus gastos, pero este análisis es solamente post-mortem, una vez el daño ya está hecho. Para evitar llevarte sorpresas al final del mes, piensa dos veces antes de elegir dónde gastar tu dinero.
Prestar atención a tus tarjetas de crédito. Las tarjetas de crédito traen consigo tasas de interés bastante altas, y pueden seriamente afectar tu puntaje de crédito si no son bien manejadas. Empieza eligiendo una tarjeta que sea coherente con tus objetivos: efectivo, millas, descuentos, etc. Luego, programa tus días de pago según tu flujo de caja del mes, de forma que no se te escape el día de pago. Igualmente, trata de mantener tu balance al mínimo, y revisa tu reporte mensual por errores en montos o cobros dobles.
Mantener un fondo de emergencia. Nunca sabemos cuándo puede ocurrir una crisis para la cual se necesite estar preparados. Trata de mantener entre tres y seis meses de sueldo en una cuenta a la que tengas fácil acceso en caso de ser necesario. Este dinero no está destinado para pagar las próximas vacaciones, sino para mantenerlo a resguardo para días complicados.
Ahorrar tus ingresos antes de empezar a gastarlos. No veas tus ahorros como lo que te queda a fin de mes una vez hayas realizado todos tus gastos. Todo lo contrario. Cuando recibas tus ingresos, lo primero que debes hacer es transferir tu monto predeterminado a tus cuentas de ahorro y/o inversión. Esto se hace más fácil cuando ya tengas estructurado un presupuesto personal de gastos e ingresos.